Abracadabrante. 1. adj. Muy sorprendente y desconcertante. Así es el Diccionario de la lengua española. Nuestro DRAE recoge términos que sin duda te dejan patidifuso (y porque ojiplático no está…).
Algunos son ideales para soltarlos rodeado de amigos, que se rían y entonces retarles con un: “¿Qué apostamos a que está en el diccionario?”. Para esas ocasiones mis palabras favoritas son: toballa, vagamundo, murciégalo y, no por última menos estimada, conceto. Si la reunión es alrededor de una mesa sugiero albericoque o almóndiga (cocreta debe estar al caer).
Que sí, que sí, que nuestro diccionario es asín. No trata de recomendar el uso de unas u otras palabras, sino de reflejar las que se utilizan. En este sentido, ya ha incorporado términos novedosos relativos a la tecnología, como bloguero, chat, teletrabajador, hipervínculo, wifi, dron o tuitear (mucho talante tecnológico, pero cuando no incluyo el enlace es porque la versión de Internet del DRAE sólo muestra los cambios realizados hasta 2012).
También recoge palabras coloquiales actuales, como por ejemplo friki, birra, gayumbos, precuela, cameo, okupar, paganini, amigovio (no me digas que no conoces esa palabra y que sin embargo sí has escuchado folloamigo, ains…) y la más “cuqui” de todas: chupi (ojo, que la añadieron en… ¡octubre 2014!).
Que se quiten los complejos a la hora de piropear, que en el DRAE tenemos ya culamen, pechamen, muslamen, canalillo y, una reciente incorporación, papichulo (!).
Ahora, mi auténtica debilidad son los “anglicismos españolizados”. ¿Qué me dices escribir en la carta de bebidas de tu bar chill-out: güisquis? ¿O, en lugar de decir que estás K.O. o fuera de combate, poner nocaut? Y por supuesto no pienso ir a comprarme nunca más un pantalón vaquero, sino un bluyín.
Seguro que podríamos encontrar otros muchos palabros en este nuestro DRAE. Queda para una próxima publicación, que todavía no he terminado de leérmelo ;)