Es probable que lo que cuento en esta entrada sea algo más que evidente. Sin embargo, cada vez estoy más convencida de que no siempre es así, la experiencia me lo demuestra. Estamos muy mal acostumbrados a la estética que se vende en redes sociales, donde cada detalle está estudiado, ya sea en la mesa de un desayuno, en un evento, en un look o en la decoración de una casa. Por supuesto estoy hablando de las cuentas de perfiles profesionales, no de las personales donde, por suerte, todo cabe (todavía!). Y digo que estamos mal acostumbrados porque en ocasiones llegamos a creer que esa perfección se traslada a la vida real. No hay que ser muy listo para saber que no es así. Nuestras vidas son endiabladamente imperfectas por fortuna. Pero si quiero vender algo, debo mostrar su mejor cara, es evidente.
Hoy quiero poner un poco el grito en el cielo por las imagenes (y que por desgracia se corresponden con la realidad) que encontramos cuando buscamos alquilar o comprar una casa. Fotos oscuras, borrosas, camas deshechas, baños sucios y desordenados, casas erróneamente personalizadas (erróneamente para vender, no para vivir)…algunas se pueden oler a través de la pantalla, seguro que os ha pasado en alguna ocasión. Imagenes que parecen mostrar la escena de un crimen o el escenario de una película de serie B. Nadie quiere ver eso, nadie lo necesita.
Por suerte cada vez hay más alternativas para la venta de inmuebles como el Home Staging, aunque también se venda mucho humo. Y humo del caro.
En el caso de los alquileres es igualmente palpable. Vamos a ponernos en situación. Llega el verano y buscas un apartamento donde pasar unas relajadas vacaciones con tu familia, con tus amigos o con tu pareja. La vida a la que aspiras durante esos días es sencilla. Desayunos sin prisa, jornadas de playa, una ducha relajada, salir a cenar o tomarte una copa en la terraza y hablar durante horas. Seguro que en Airbnb has visto la casa de tus sueños, pero ya, que es imposible. Así que buscas algo sencillo, aséptico, anodino…limpio. Nunca seré tan admiradora del minimalismo extremo como cuando busco apartamentos de alquiler.
Si pretendes alquilar tu casa, hay ciertas premisas que debes tener claras:
- Menos es más. Quien va de vacaciones no va a limpiar y espera que esté todo limpio. Tus colecciones y los objetos decorativos inncesarios no interesan a nadie.
- Que poner los pies en la tierra no sea un sacrificio. O lo que es lo mismo, olvídate de alfombras y moquetas salvo que estén impecables.
- El blanco gana. En sábanas y toallas. No busques colores para ocultar manchas…o antigüedad. Nada denota mayor limpieza que el blanco. Por algo los hoteles lo utilizan siempre.
- El baño. Como dicen en mi casa, que se pueda comer en el suelo.
- La cocina. Renueva. Sartenes desconchadas, coladores viejos, cucharas de madera contaminadas de mil sabores y olores.
- El olor. Hay algo mejor que una casa que “huele a rico”?
Y por último, de verdad, ¿tú vivirías así?
Sin dudarlo, visto lo visto, lo mejor que te puede pasar a la hora de alquilar un apartamento de verano es tener IKEA cerca, y que el propietario lo haya visitado recientemente.
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