Revista América Latina
Viernes 16 de septiembre de 1994: 62 niños estaban jugando en un campo de la Escuela Ariel en Ruwa, Zimbawe. De pronto, tres bolas de luz plateada volando sobre ellos los sorprendieron lo suficiente como para que interrumpir su juego. Las esferas desaparecían periódicamente con un flash de luz cegador y volvían a verse en otro lado de inmediato.
Después de haber visto esto repitiéndose unas 3 veces, el objeto volador aterrizó a unos 100 metros de donde los niños jugaban en un área boscosa delimitada por una reja, donde los niños no estaban autorizados a estar. Poco después, un ser pequeñito de unos 90 centímetros de alto salió del objeto y empezó a caminar por el área, manteniéndose cerca del aparato. Tras un rato, el humanoide se dio cuenta de que los niños lo miraban y desapareció para volver a aparecer detrás del artefacto volador, el cual despegó rápidamente y desapareció.
Eso es lo que cuentan todos los niños que estuvieron ahí.
Las descripciones del suceso varían, pero en su mayoría encajan. Todos fueron entrevistados por especialistas y unos 40 de ellos dibujaron lo que vieron.
La mayoría de los cuentos describen a un hombre con ojos gigantes en forma de balón de fútbol americano, con un cuello delgado y largo, piel pálida y pelo negro largo, usando un traje negro.
Los testigos más pequeños salieron corriendo del sitio pidiendo ayuda, cuando los estudiantes mayores les preguntaron por qué gritaban respondieron “Viene a comernos”.
Al preguntarles cuál pensaban que era la razón de la visita, las respuestas de los niños variaban. Algunos pensaban que era por algún incidente que ocurriría pronto en el futuro. Otros creyeron que era una señal de que el fin del mundo estaba cerca. Otro pequeño testigo respondió que era una advertencia de que lo que estábamos haciendo en la Tierra estaba dañando al planeta y que debíamos dejar de hacer daño. Pero lo que todos los niños respondieron en común respecto a esta pregunta fue que la información les llegó por telepatía, sin que el alien moviera su boca.
¿Pero será posible todo esto?
Los que creen que sí dicen que sí hablan de que, primero, por qué 62 niños inventarían algo así y segundo, en una era pre internet, cómo podían todos los niños describir el estereotipo de un alien? Ahora sí, uno puede buscar la cosa en Google y salen de una vez miles de descripciones iguales a las de los niños, pero en 1994 la cosa no era tan fácil y menos en Zimbawe.
Incluso ante toda la oposición a sus relatos, cada niño aún sigue respaldando su historia y cree de verdad que lo que vio no fue una alucinación.
El misterio respecto a esto aún sigue vivo: ¿Fue una alucinación masiva? ¿Un complicado plan conspirativo para engañarnos a todos? ¿Qué pasó de verdad ese día?
¿Tú qué piensas?