Acabo de leer que un grupo de unas personas que se autodenominan “intelectuales”, han creado y firmado un manifiesto en apoyo a Fernando Sánchez Dragó. Este último, escritor y también, “intelectual” , está en boca de todos, tras difundirse un párrafo de su último libro en el que escribe sobre una experiencia sexual . Este manifiesto dice estar a favor de la libertad de expresión.
Hasta aquí, todo parece lógico. Nadie puede prohibir a un señor-”intelectual”-escritor, escribir sobre lo que le dé la gana. Y nadie se lo ha prohibido a Fernández Dragó. El libro está en la calle y el que quiera, puede comprárselo pero… habría que advertir al escritor( y a los” intelectuales” )que lo que se publica ( que quiere decir hacer público) , se pone a disposición de la crítica, la opinión y el posicionamiento de todos aquellos a los que llega esta información pública. En estos tiempos del 2.0, más que volar, se expande de forma vertiginosa y exponecial y llega a los lugares más recónditos y a un número de “opinadores” de magnitud descomunal.
Así que a esa masa que también ejerce “la libertad de expresión”, le llega la información :sexo con menores ( aunque la edad de consentimiento sexual sea de 13 años, dato que he conocido gracias a este escritor…) y reacciona a ella de la forma más lógica : repulsa, rechazo, asco, asquito.
Y aunque las personas “que dedican una parte importante de su actividad vital al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad.” (según Wikipedia), se tiren de los pelos por la campaña de “odio” ? contra el escritor ( quieren hacer hogueras con los libros y retirarlos del mercado), no van a poder poner puertas al mar. La calle piensa lo que piensa.
Yo no estoy de acuerdo con la retirada de circulación del libro. O todos juegan o no lo hace ninguno. Me parece que comparar a Dragó con Nabokov le va muy grande, pero es imposible no referirse a la novela Lolita … Ahora bien, si alguien tiene el libro ded Dragó y lo quiere quemar, que lo haga. Total, es su libro y el ejercicio de su libertad…
Por mi parte, ni me lo voy a comprar, ni me interesa y, aunque sea un parrafito de nada, el tema del sexo con menores ( aunque sea en el límite legal) me produce un asco profundo.
Asco, asquito.
N. B: Y por cierto, ¿Qué hay que hacer para ser “intelectual”, oficialmente?…