(JUAN JESÚS DE CÓZAR) A Paco Arango habría que hacerle un monumento. “He tenido mucha suerte en la vida –afirma– y hace unos años tomé la determinación de donar tiempo a los demás”. Estos “demás” son sus queridos niños y niñas enfermos de cáncer, a los que ayuda través de la Fundación Aladina de la que es presidente. De modo que este director y productor español de origen mexicano decidió que su cine siempre sería solidario. Ya lo demostró con “Maktub” (2011) –su magnífico primer largometraje–, cuya recaudación se dedicó a construir un centro de trasplantes de médula ósea en el Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid: en poco más de dos años, ya se han realizado allí 171 trasplantes.
Pues bien, el próximo 17 de febrero estrena en toda España su segunda producción, titulada “Lo que de verdad importa”. La cinta cuenta la historia de Alec, un ingeniero mecánico inglés que arregla aparatos eléctrico y un “cabra loca” en palabras de su tío Raymond. Cuando el pequeño negocio de Alec está al borde la quiebra, su tío le propone un trato: pagará todas sus deudas si se traslada un año a Lunenburg, un pueblecito de Nueva Escocia (Canadá) del que procede su familia. Allí conocerá a la guapa Cecilia y a los demás habitantes de la localidad, y tendrá que plantearse “lo que de verdad importa”.
El guión, también de Arango, armoniza comedia, drama y realismo mágico, a través de unas divertidas y emotivas escenas, con un claro sentido de la trascendencia pero sin “sermonear” al espectador. Todo en el filme destila calidad: el cuidado diseño de producción, donde objetos y animales –escaleras, lámparas, cuadros, libélulas, cuervos…– están cargados de significado; la preciosa fotografía de Javier Aguirresarobe, ganador de 6 premios Goya; la vibrante banda sonora de Nathan Wang; y unos actores convincentes: Oliver Jackson-Cohen, Camilla Luddington, Kaitlyn Bernard, Jorge García y el veterano Jonathan Pryce.
La recaudación ayudará a sufragar los gastos de estancia de más de 120 niños con cáncer de toda España en Barreststown (Irlanda), uno de los campamentos terapéuticos de la Serious Fun Children’s Network, institución fundada por Paul Newman. A la causa se ha sumado la Fundación Lo que de verdad importa, comprometida desde hace 10 años en la transmisión de valores a los jóvenes españoles, y que ha tenido mucho que ver en el título final del filme.
Vale la pena convertirse en “embajadores” de una película que gustará a todo tipo de público, 100 % positiva y desinteresada: detrás de cada entrada que se compre hay un rostro humano.