Analizada fuera de nuestro contexto televisivo, Lo que el tiempo nos dejó puede resultar una propuesta deslucida, quizás porque es muy explícita su intención pedagógico-revisionista. Sin embargo, la serie de unitarios históricos que Telefé transmite los martes a las 22.30 consigue destacarse entre la oferta de una programación supeditada al negocio del entretenimiento uniforme, canalla, gritón.
Los espectadores antiperonistas habrán encontrado indigesto el primer capítulo dedicado a Evita, y quienes reclaman una amnistía pacificadora habrán maldecido los episodios dedicados a la noche de los bastones largos y al secuestro de las primeras Madres de Plaza de Mayo. En otras palabras, queda claro que esta producción de Underground busca desarticular las verdades establecidas por los cronistas de la Historia oficial.
No molesta la toma de posición (quienes creemos que los periodistas no pueden ser objetivos pensamos lo mismo de los historiadores), sino sus formas: el mencionado sesgo pedagógico; la novelización que gira en torno a otros compatriotas buenos y otros compatriotas malos.
Lo que el tiempo nos dejó cuenta con el asesoramiento de Felipe Pigna, cuyos destractores insisten en señalarlo como historiador funcional al discurso K. Algunos consideramos más innovador -o menos convencional- a Algo habrán hecho, serie que también emitió Telefé cuatro años atrás.
Dicho esto, los tres capítulos que dirigieron Adrián Caetano y Luis Ortega (y que protagonizaron Laura Novoa y Vanesa González, Luciano Castro y Nahuel Pérez Biscayart, Mike Amigorena y Cecilia Roth) valen porque prueban que los canales de aire pueden diversificar, al menos un poco, su programación.
También -y sobre todo- porque sugieren la existencia de otras versiones del pasado que el televidente curioso podrá profundizar fuera de la caja boba, para luego compararlas con la Historia oficial.