Con frecuencia trabajo con personas cuyo mayor problema es que no pueden lidiar con su estrés. Suelen decirme "¡no puedo con la vida!", no tienen tiempo para nada y sus tareas pasan de una lista a otra sin terminar de cumplirse.
No cabe duda que existen personas que necesitan un cierto estrés para ser productivos, pero esta reacción natural comienza a ser preocupante cuando ya no se es capaz de responder a las demandas del día a día. Ni siquiera es cuestión de no saber organizarse, sino de la tensión crónica acumulada y con la que se vive a diario, que termina por desestabilizar el cuerpo pudiendo dar lugar a muchos problemas de salud.
Y tu, ¿cómo te sientes en este preciso instante?, ¿estas en calma o sientes estrés?:
Puede que no tengas ningún síntoma de tensión y creas que no estás estresado pero, pon atención:quizá lleves una racha de coger resfriados o tengas dolores de cabeza frecuentes, tensión en el cuello o presión en la boca del estómago, etc. Todas estas pueden ser señales del estrés.
Pero vamos mejor a concretar que tipo de trastornos puede ocasionar “el estrés malo” (conocido como distrés) sobre nuestro cuerpo, si no lo regulamos a tiempo:
- El estrés puede afectar a tu sistema nervioso al activarse las glándulas suprarrenales y producir unas sustancias químicas (como la adrenalina) que llegan al cerebro e impactan la memoria y el aprendizaje, pudiendo conducir a una depresión.
- Las hormonas del estrés pueden activar la liberación de glucosa en el cuerpo, que proporcionan una energía rápida para responder a la alarma de peligro en el cuerpo. Si esta sensación de peligro se prolonga a largo plazo puedes desarrollar diabetes.
- El estrés puede aumentar momentáneamente la velocidad de los latidos de tu corazón y elevar la tensión. Si tienes un sistema inmunológico débil puedes llegar sufrir una hipertensión subita o un infarto.
- El estrés a largo plazo aumenta la presión arterial, lo que estrecha el paso de la arteria, eleva el colesterol y aumenta la probabilidad de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral .
- El estrés puede acortar o alargar el ciclo menstrual y afectando el periodo y haciéndolo más doloroso. Además, las mujeres embarazadas que sufren de estrés pueden dar a luz a niños con asma en su vida posterior.
- El estrés también es el causante de infertilidad ya que el cortisol influye en la ovulación, inhibiéndola en muchos casos. Como dato curioso en un estudio publicado recientemente en el congreso europeo de reproducción e infertilidad en Praga, los investigadores observaron que las mujeres del estudio que solían declarar que “todo estaba bien” eran las que estaban mas estresadas. Estemos alerta y no nos engañemos.
- Un estrés continuo puede tener serios efectos en el sistema inmunológico. Puede retrasar la cicatrización de heridas, hacernos más susceptibles a las infecciones y empeorar algunos trastornos de la piel como el acné , la urticaria y el eczema.
- El estrés extremo puede causar indigestión, sequedad de boca y náuseas. También puede estimular los músculos en los intestinos causando estreñimiento y diarrea. Estos síntomas pueden provocar acidez estomacal, úlceras y llegar a desencadenar el síndrome de colon irritable.
Conocerse y observar los síntomas es muy importante para medir el impacto del estrés en la vida de cada uno y poder responder adecuadamente antes de que nos ocasione un trastorno o enfermedad.
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