Hace un par de días hicimos acopio de fuerza de voluntad, que utilizamos para madrugar e irnos a subir el Mount Alfred.
El día amaneció nublado pero lejos de desanimarnos y dejarnos llevar por el pesimismo clásico de “l’entorn” observamos las nubes con ojo experto: nubes bajas. Si tenemos suerte la cima del Mount Alfred estará por encima de las nubes.
Así que después de desayunar como campeones nos fuimos de expedición a este mini Pedraforca.La subida es interesante. Los primeros tres cuartos son muy empinados y llenos de barro, de tal manera que te sientes un héroe cada vez que das un paso y no te caes de morros. Uno sube procurando no pensar en la bajada, que promete ser accidentada.
Una vez se sale de este terreno más propio del Gran Prix del Verano se llega a la zona de rocas a través de la que se accede hasta la cima. Justo antes de empezar la última escalada hay un cartel donde se advierte a los aventureros caminantes de que se está entrando en terreno de ganado por lo que se debe procurar no molestar a los animales. Nosotros no vimos ningún animal, ni tampoco ningún “rastro”, lo que no nos sorprendió porque hay que ser muy cabrito para dejar animales pastando en una roca pelada en la cima de una montaña que, exceptuando la susodicha roca, es puro bosque tupido. Yo creo que pusieron ese cartel ahí porque les sobraba y pensaron que así se echarían unas risas.
En fin, las vistas desde la cima muy bonitas. Mirando hacia el lago Wakatipu pudimos ver el río Rees a la izquierda y el río Dart a la derecha, el Mount Earnslaw detrás y hasta la Antártida al fondo. Esto último es broma. Por el río Dart llegamos a contar hasta cuatro Jetboats. ¿Y esto qué es? Ya lo contaremos en un par de semanas cuando las probemos. Por ahora sólo comentaré que hacen tanto ruido que creo que se deberían replantear la actividad; no puede ser que uno suba hasta una cima donde no llegan ni las cabras y una vez ahí tenga la sensación de estar al lado de un aeropuerto.La bajada fue, tal como estaba previsto, resbaladiza. En uno de mis varios resbalones tuve la suerte de apoyar la mano en un Aciphylla Horrida, un arbusto alpino nativo de Nueva Zelanda llamado “Horrid Spaniard” en pitinglish, que Cervantes traduciría como “jodido español”. Es una planta cuyas hojas son cuchillos de esos que anuncian en la teletienda y que son capaces de cortar tomates, latas de refresco y perfiles IPE 450 sin inmutarse. Fue algo aparatoso sanguinolientamente hablando, así que no tenemos foto del arbusto, pero podéis buscar el nombre en latín en internet y mirar las fotos que ahí aparezcan.En cuanto a cosas “de casa”, esta semana Marina recibió un paquete enorme enviado desde Vilanova.
La foto no la tomamos para enseñar la caja, que también, sino para destacar el collage que tiene Marina detrás. ¿Por qué? Porque lo hizo ella en uno de sus días libres de esta semana.
El contenido de la caja, fenomenal. Tenemos turrones, polvorones, mantecados, roscos de vino, bombones, aceite de oliva, mazapán e incluso un tupper con borrachuelos caseros.
Y también una mochila perfecta para ir de excursión gracias a la cual Marina dejará de robarme la mía cada vez que nos vamos al monte, un reloj, un jersey calentito y un montón de pañuelos y bufandas.Y con esto lo dejamos por ahora a la espera de más excursiones y aventuras por estas tierras. Pero ¡Un segundo! La próxima actualización que escribamos va a ser la entrada número 50 del blog y hemos pensado que intentaremos hacer algo especial. Hace ya más de 18 meses que nos fuimos de casa para emprender esta aventura que os hemos ido contando por aquí. Nos gustaría utilizar la próxima actualización para responder vuestras preguntas, ya sea sobre el viaje, sobre nosotros o sobre el color del caballo de Santiago así que, si gustáis, enviadnos un correo a [email protected] y preguntad lo que queráis, excepto cuándo volvemos ¡Que no lo sabemos! Si nos sale bien haríamos una entrada a modo entrevista.Gracias por seguirnos.Enrique & MarinaEnglish version
A few days ago we used all our willpower in the mission of waking up early and heading up to Mount Alfred.
It was a cloudy morning but we didn’t give up. We looked at the clouds with or wise eyes and realized that they were “low clouds”. We thought that, luckily, Mount Alfred’s summit would be above these clouds.
So we had a champions breakie and started pur expedition to Mount Alfred.The way up is quite interesting. The first three quarters are very steep and full of mud, so you feel like a hero with every step that you finish without falling down. We went up trying not to think in our way back, which promised to be interesting.
Once we manage to get through the forest we got to the rocky area, which, according to a signpost that we saw there, is part of a cattle station. Honestly, I can’t imagine sheep there. Our guess is that it was a leftover signpost that they put there just for fun.
The views from the top are amazing. We could see the Rees and Dart rivers, the Lake Wakatipu, the Mount Earnslaw and even the Antarctica. That was a joke. We saw four Jetboats flying in the Dart river at the same time and we must say that they are so noisy that they should rethink the activity. Is quite annoying being there in “the wilderness” thinking that you are just in an airport.Going downhill was, as we expected, slippery. I was lucky enough to came across an Aciphylla Horrida, or Horrid Spaniard, that had leaves sharp like knives. We didn’t take any pictures because the bleeding was quite big, but you can look for pictures on the Internet.Talking about our daily life, Marina got her Christmas presents form Spain.
This picture is not here to show you the size of the box but the collage that is behind Marina. She made it last week; good job, isn’t it?
We got typical Spanish Christmas sweets as turrón, polvorones, mantecados, roscos de vino, homemade borrachuelos and even a bottle of extra virgin olive oil.
There was also a backpack (yay, Marina won’t steal mine one any more), a pretty watch and loads of scarfs and bandanas.The next update of the blog will be the 50th, which is not bad after 18 months of travelling. We are thinking in doing something special. We want you to ask us questions about this adventure, about ourselves or about global warming. You can send them to [email protected] and we’ll try to put them all together, and answer them, in the next update.Thank you for following us.Enrique & Marina