Lo que he visto esta semana – El ultimo exorcismo

Lo que he visto esta semana…por César del Campo de Acuña

Dirección: Daniel Stamm.
País: Estados Unidos.
Año: 2010.
Duración: 87 minutos.
Género: Drama. Terror. Suspense.
Guion: Huck Botko y Andrew Gurland.
Intérpretes: Patrick Fabian, Ashley Bell, Iris Bahr, Louis Herthum, Tony Bentley, Jamie Alyson Caudle, Shanna Forrestall, Caleb Landry Jones y Allen Boudreaux.
Música: Nathan Barr.
Fotografía: Zoltan Honti.
Montaje: Shilpa Sahi.
Diseño de producción: Andrew W. Bofinger.
Casting: Lauren Bass.
Estreno en Estados Unidos: 27 de agosto de 2010.
Estreno en España: 6 de marzo de 2011.

Believe In Him

Found footage movie. Que concepto. Que novedoso. Que original. Que diferente. Que…si, vale, vale, lo que usted quiera y mucho más, pero eso sería en 1999 cuando de verdad era un concepto novedoso, original y diferente ¿pero hoy? Hoy es un gimmick cinematográfico más como las diferentes modas de las tres dimensiones que han golpeado a las películas a lo largo de la historia del cine. Personalmente siempre he tenido una muy mala opinión del subgénero/estilo found footage. Para no entrar en demasiados detalles lo encuentro vago, barato, autocomplaciente y explotado única y exclusivamente como un caballo con el que conseguir una buena recaudación. No obstante, teniendo en cuenta el estado de salud en el que se encuentra el cine de terror (los malditos informativos dan bastante más miedo), hay que reconocer que este tipo de cintas al menos suelen atraer a público joven al género, así que al menos y en la peor de las condiciones siempre habrá una renovación generacional. Pero claro, han quemado tanto, tanto, tanto el concepto, que es raro el año que no estrenen una o dos producciones filmadas así o alguna que otra en la que la trama gire en torno a un video encontrado en: A) Ático de casa espeluznante o B) Sótano de casa espeluznante. ¿Y que se consigue con tanta sobre exposición? Pues que la idea se agote y aunque la premisa sea buena, al final todo te suena, huele y sabe a refrito de refrito y así al menos es como yo engullí El ultimo exorcismo.

El último exorcismo nos invita a seguir a él reverendo Cotton Marcus (Patrick Fabian) en un documental que pretende demostrar todos los artificios que se esconden detrás de los exorcismos. Marcus, el cual a pesar de formar parte de una larga tradición evangelizadora, está atravesando una crisis de fe que le lleva no solo a abandonar su ministerio, sino a protagonizar un documental en el que revelara todos los secretos que se esconden tras los supuestos casos de exorcismo. Es entonces cuando Marcus recibe una carta de una familia de una zona rural pidiéndole ayuda ya que conocen su poder para combatir al demonio. Marcus ve en esta familia el ejemplo perfecto de lo que quiere demostrar ante las cámaras y se dirige hacia el lugar acompañado por un pequeño equipo de producción. Nada más llegar se da cuenta que los Sweetzer son el caso perfecto para revelar ante las cámaras por que el número de exorcismos aumenta año a año. Incultos, profundamente religiosos, supersticiosos y golpeados por la tragedia de la muerte de un ser querido, la familia que pide sus servicios al Reverendo Cotton son el estereotipo de lo que el protagonista quiere revelar. El problema es que, una vez realizado su juego de “smoke and mirrors” los sucesos extraños en la granja de los Sweetzer no solo no paran si no que además se recrudecen. Y hasta ahí puedo leer, ya que si les cuento algo más me como los 87 minutos de metraje en palabras en un santiamén.

Bien, el resto de la cinta se puede resumir con planos confusos, Ashley Bell demostrando que es lo único que merece la pena de la película y un final abrupto que pretende emular a tantas otras cintas de este estilo que resulta casi vergonzoso. Verán, no es que este en plan exquisito, pero si le quitan el ritmo y obvian la historia de la perdida de fe del protagonista el resto cae en la misma desgana y vagancia de las found footage movies y encima lo empeora con una banda sonora. Si es cierto que por momentos te llegas a preguntar si verdaderamente lo que la pequeña de los Sweetzer está llevando a cabo lo hace por voluntad propia pero la torpeza del último acto te despeja rápidamente la mente con algo ligeramente inesperado pero lo suficientemente claro para que los menos espabilados de la clase se marchen a casa contentitos y pensado: no veas que miedo…tu. Por otro lado, el diseño de producción tampoco es malo, pero no es nada que no hubiera visto con anterioridad (al parecer toda la gente del sur profundo de Estados Unidos vive en granjas como las de La Matanza de Texas). Miren que me fastidia atizarle con tanta saña a una película que sobre el papel pinta bien (la idea de un pastor enfrentándose al Diablo en medio de una crisis de fe aunque no es original, si da mucho juego y más planteándolo como un documental), pero resulta tan ridícula en general que cuesta, y mucho, tomársela en serio.

Una pequeña decepción de la que solo puede rescatar el ritmo y la interpretación que se curra Ashley Bell ya que el resto va a caer en el saco de las olvidables found footage movies que a poco éxito que tengan las fríen a secuelas hasta agotar la chispa. Personalmente les recomiendo que no pierdan su tiempo en este film ya que no van a encontrar lo que buscan.

Que me ha gustado: Su ritmo (algo que, como ya he dicho, es habitual en las películas adscritas al subgénero found footage) y la interpretación de Ashley Bell.

Que no me ha gustado: Si es una found footage ¿Cómo es que tiene banda sonora? Y tonterías similares.

Curiosidades:

Todas las contorsiones que vemos realizar a Ashley Bell durante la película las hizo ella misma sin la necesidad de utilizar dobles.
La escena en la que a Nell le dan par de botas Doc Marten rojas derivaba del hecho que la compañía de seguros se negó a cubrir a Ashley Bell durante las escenas de su exorcismo si la actriz tenía que correr descalza por el set.
Patrick Fabian basó su actuación en la de Jimmy Swaggart y Burt Lancaster en El fuego y la palabra (1960).
El hermano de uno de los miembros del equipo era/es exorcista en la vida real y estuvo en el set ayudando y aconsejando a Daniel Stamm. Realizo un pequeño cameo al principio de la película durante uno de los sermones del Reverendo Cotton.
Ashley Bell pasó más de un mes preparándose para su papel, incluyendo el estudio de varias enfermedades mentales y manías.