Lo que más me gusta del verano son sus tardes, cuando ese sol candente y redondo tiñe todo de un dorado anaranjado, mezclándose entre los árboles, el viento, el sonido.
Aquí se respira calma en cada suave mecer de la hierba o el canto despreocupado de los grillos, quizás no toda la que necesitaría, pero la suficiente como para reencontrarme con mi yo más personal.
Salir está bien, bailar está bien, los amigos están más que bien, pero de vez en cuando, me gusta simplemente sentarme en el jardín, con ese sol de atardecer iluminándome el pelo, más cobrizo de lo normal durante el verano, dedicando el tiempo simplemente a leer alguna novela que tenía pendiente, escribir miles de palabras que suelen quedarse olvidadas en cuadernos o llenarme las manos de pintura al óleo mientras pinto en medio del silencio ( bueno, silencio normalmente roto por algún disco de los que me gustan, repetido hasta la saciedad).
El verano me gusta, más que por lo que se pueda o no hacer ( que también), porque es la época en que finalmente me permito ser libremente yo misma, la yo más personal, la que tiene el corazón más abierto y los ojos más brillantes que ninguna, la que solo sale cuando sabe que está sola.
Revista Coaching
Sus últimos artículos
-
5a y última Jornada de la 080 -3a parte- ( Premios 080 y ModaFad)
-
5a y última Jornada de la 080 -2a parte- (Isabel Toledo, el arte del detalle y del saber hacer)
-
5a y última Jornada de la 080 -1a parte- ( De nuevas aficiones, hombres en ropa interior que mejoran el día y neobarroco chic)
-
4a Jornada de la 080 Barcelona Fashion ( De minimalismo, heroínas en tacones y la vuelta al cole)
