Cuando esta mañana leía la noticia sobre la participación de varios concejales del ayuntamiento de Cádiz en la participación de la paralización de un desahucio, me acordé de mis padres.
Ellos siempre han tenido dos viviendas, vamos que podrían ser para el señor Iglesias unos inmorales, por tener dos casas. Esa segunda vivienda siempre supuso una ayuda para los ingresos de mi casa, una ayuda con la que mi madre pagaba nuestros colegios para ofrecernos la mejor educación, con la que pagó nuestros estudios universitarios, y con la que cuando estuvo enferma se ayudaba a pagar los tratamientos para su enfermedad.
Pero para ciertas personas, que quieren hacernos ver que personas normales, que con su esfuerzo o con el de sus padres lograron un poco más, son capitalistas y usureros, y no personas como otras cualquieras que o bien han heredado un pequeño patrimonio por el que sus padres se sacrificaron y lucharon, o bien ,lo han logrado ellos mismos.
Me da mucha pena este señor que han desahuciado, y lo comprendo, pero también me da mucha pena esa pobre señora enferma también a la que desde hace dos años no pagaban el alquiler. No nos equivoquemos de enemigo, el enemigo de esta situación no es esa pobre señora que actualizó el contrato de alquiler porque sus inquilinos con lo que pagaban no cubrían probablemente ni el IBI de la propiedad, el enemigo es la ignorancia, la falta de formación, la cultura del no te preocupes que yo te lo soluciono, y los falsos profetas de distintos colores que prometen el oro y el moro, los hay rojos, verdes, azules, rosas y morados.
Para mi, la acción de esta mañana no es solidaridad, para mi, lo ocurrido esta mañana es querer vestir un santo a costa de otro. Dos familias desgraciadas, dos familias con problemas, pero parece ser que solo la del inquilino es la que conmueve a la opinión pública.
Aún recuerdo esa pareja que alquiló a mi madre (pues era la que se ocupaba de estas cosas) el piso, y como debido al paro empezaron a retrasarse en los pagos, hasta que un mes ya no pudieron pagar, recuerdo que mi madre les llamó, y les dijo, hijos yo estoy enferma y este dinero lo necesito, no hace falta que te pongas al día, te perdono lo que me debes, a condición de que me dejes el piso, porque necesito este dinero como ingreso, y como personas razonables, aceptaron la propuesta de mi madre y se marcharon.
Pero también recuerdo al señor que vino después, que siempre pagaba religiosamente, pero que cuando dejó el piso, nos lo había dejado completamemente destrozado y en unas condiciones lamentables, tan lamentables, que aún poco a poco, mi hermano Manolo (parado de larga duración y dependiente de mi padre) lo está arreglando poco a poco, para ver si puede alquilarlo para tener algún ingreso, y yo me pregunto, ¿Defenderán a mi hermano por ser un pobre parado que tiene un piso en alquiler, o por el contrario el aparato marxista lo verá como un capitalista usurero y ruin? Por favor, seamos serios y pensemos en las personas…