Jerry Maguire (interpretado por Tom Cruise) es un exitoso representante de deportistas que de la noche a la mañana se convierte en un fracasado y en una ruina social. Su mujer le deja, llamándole perdedor. La gente a la que enriqueció le retira el saludo.
El hombre de éxito toca fondo. Está solo, y sin un duro.
Y es en esas circunstancias cuando decide reinventarse a sí mismo. Convertirse en una mejor persona. Construir un nuevo futuro prácticamente desde cero. Le ayudan un deportista profesional en horas bajas (Cuba Gooding Jr, que ganó el Óscar gracias a este papel) y una empleada de su empresa que abandona el trabajo por él (Reneé Zellwegger.)
Me gusta Jerry Maguire porque es una peli llena de esperanza y da fe en la gente, e incluso en el género humano. Aparte de contener momentos geniales de comedia,
Lo que pensamos y no decimos (y lo que dice Jerry) es, entre otras cosas, que dejamos de ser nosotros mismos cuando subimos un peldaño y nos rodeamos de gente, tal como explica la introducción a la cinta: “Todos lo amaban… Todos desaparecieron”.
¿Por qué nos importan tanto los logros? “De pronto, todo era muy claro. La respuesta era menos clientes. Menos dinero. Atención personal. Preocuparse. Preocuparnos por nosotros y por los partidos. Comenzar nuestras vidas, en realidad, Lo admito… Había perdido la capacidad de engañar. Era la persona que siempre quise ser… Lo titulé “Las cosas que pensamos y no decimos. El futuro de nuestro negocio””, dice Jerry.
Y sigue teniendo razón cuando dice que caminamos por la calle y por la vida, escondidos detrás de un personaje. “¿En qué me había convertido? ¿En otro tiburón vestido de traje? ¿Hundimiento? No, descubrimiento. Me obsesionaba un solo pensamiento. Me odiaba a mi mismo. No, no. Era lo siguiente, odiaba mi lugar en el mundo. Tenía tanto que decir y nadie que escuchara… Volví a ser el hijo de mi padre. Recordé los placeres simples de este trabajo. Cómo llegué a licenciado en Derecho. Cómo resuena el estadio cuando mis jugadores se destacan. Cómo debemos protegerlos cuando están sanos y también lastimados. Con tantos clientes, habíamos olvidado lo que era importante”.
¿Por qué olvidamos lo que es importante? Eso tampoco lo decimos, cuando nos sucede lo pasamos por alto, porque en el fondo no nos conviene mirar de frente la realidad. Preferimos seguir “disfrazados” y juntando títulos y logros profesionales antes que fijarnos de verdad en la vida que llevamos y en por qué hacemos todo lo que hacemos ¿Nos sirve sentirnos ganadores realmente? ¿Por qué no decimos que necesitamos preocuparnos por nosotros mismos?
Jerry lo descubrió, lo escribió e imprimió, así toda su oficina se dio cuenta de que ellos tampoco habían querido asumirse como tales. No sé si la intención de Cameron Crowe, el director, habrá sido que a los espectadores de la película les sucediera igual, pero al menos es una de las partes más recordadas del filme y el decálogo fue subido en varios sitios de Internet por el público.
En los días próximos publicaré la declaración de Objetivos de Jerry Maguire. Creo que merece la pena sea leído.