Conocí la figura de la doula después de haber sido madre. Tuve una preparación al parto y un parto convencional (es decir anestesiado e intervenido) porque en aquel momento no me cuestioné nada más. Estaba siguiendo las autopistas que sigue casi todo el mundo.Pero luego, cuando ya tuve a Sunflower en mis brazos, llegó la revelación a mi vida y abrí los ojos. En lugar de darme golpes contra la pared pensando en lo mal que lo había hecho todo, empecé a formarme mucho más en temas de maternidad y crianza. Tenía mucho que recuperar, mucho que aprender. Fue entonces cuando conocí a Laura Gutman (te he hablado de ella aquí y aquí), y gracias a asistir a sus seminarios de formación en Barcelona pude hacer amistad con dos doulas muy preparadas (una psicóloga y la otra fisioterapeuta), de las cuales he aprendido muchísimo, y cuando digo muchísimo es sin exagerar. Para mí fue un descubrimiento muy importante.Lo que se ha dicho sobre las doulas estos días, lamentablemente no es la primera vez que lo he oído. Hace meses leí un artículo de Núria Roca en su blog que también me puso los pelos de punta, y hasta le escribí un comentario algo molesta, pues no matizaba, y sacaba las cosas de contexto. Me apena mucho que pasen estas cosas. Las mujeres necesitamos redes de apoyo, es lo que más necesitamos, mucho más si somos madres. No tirarnos piedras en nuestro propio tejado. Así que esta mañana he escrito a Laura Gutman, preocupada por este tema. Como ya te he comentado alguna vez, he sido alumna suya durante más de dos años y además he tenido la suerte de poder supervisar algunos de mis casos con ella.Laura siempre se muestra muy receptiva y es rapidísima contestando. Hemos intercambiado algunos emails y me ha explicado que le habían llegado ya noticias de lo ocurrido en España, además ha compartido conmigo unas palabras que, con su permiso, he decidido publicar.Esto es lo que dice Laura Gutman sobre lo que se ha dicho de las doulas…
Yo creo que lo mejor es comprender que el miedo anda por ahí, eso es todo. Algunos tenemos más miedo por lo tanto seguimos estrictamente la autopista convencional, en cambio otros tenemos menos miedo y nos desviamos del camino conocido. Algunos miramos con desconfianza a quienes se separan de la ruta, en cambio otros nos atrevemos a explorar lo distinto. Insisto, hay mucho miedo. Y ese miedo está enraizado en nuestras experiencias infantiles. Por eso salta en automático buscando la complicidad de otras personas tan atemorizadas como uno.Creo que este lío cae por su propio peso en pocas semanas.En noviembre me sucedió algo parecido. Un portal de noticias en Argentina publicó una nota espantosa sobre mí, tergiversada y sacada de contexto con un título horrible y con mi foto. Todas las redes sociales se hicieron eco. Programas en la tele y en la radio opinando barbaridades sobre mi persona. Nadie, absolutamente nadie, ni periodistas ni usuarios REVISARON algún libro mío (y llevo diez libros publicados que se consiguen en todas las librerías de Argentina). Repitieron mentiras hasta que se hicieron enormes. Me trataron de pedófila, asesina, prostituta, demente y cosas por el estilo. ¿Qué se hace? Por mi parte, decidí llamarme a silencio. Y por ahora sigo manteniendo el silencio. No sé si hay algo más para hacer frente al miedo manifestado a través de la estupidez.Sé que en España hay muchísimas doulas y muchísimas madres con muy buenas experiencias. Eso es todo lo que importa. Lo demás, insisto, es miedo. Ojalá comprendamos eso, porque comprender el miedo que nos quema las entrañas, también es tarea de una doula experimentada.Laura GutmanCreo que no puede quedar más claro. Todo mi apoyo para las doulas.
<< La “doula” interpreta la “experiencia interior” de cada madre, avalando todos los cambios invisibles, y traduciendo al lenguaje corriente la realidad del puerperio. No se trata de ayudar con el bebé, ni de ofrecer buenos consejos, sino de acompañar la zambullida al universo sutil e invisible del recién nacido. Su principal función es la de maternar a la madre para que entonces pueda maternar a su hijo.
Las “doulas” tienen una función para ejercer, nombrando cada sentimiento “absurdo”, desproporcionado o incomprensible de la madre reciente. Personalmente, espero que el oficio de “doula” ingrese en el inconsciente colectivo femenino. Que las mujeres “sepamos” durante y después de parir que merecemos naturalmente llamar y solicitar una “doula” a domicilio, para que nos abra las puertas a los Misterios de la Maternidad. Porque a partirde cada madre puérpera que se encuentra a sí misma, el mundo entero se encuentra. Cada “doula” que asiste a una puérpera, se sana a sí misma y sana a todas las mujeres. Cada palabra de apoyo, es una palabra de paz y de bienvenida al niño. Las “doulas” nos incitan a que confiemos en nuestras elecciones, decidiendo según nuestras más íntimas creencias. Ellas nos recuerdan que somos merecedoras de todos los cuidados, porque de ello depende el futuro. – Laura Gutman (extraído de su artículo "Redes de apoyo")>>.
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