Autor: Juan Antonio Rivera
Año: 2003
País: España
Género: Ensayo
Editorial: Booket
Aunque el texto de Rivera es sobre cine y filosofía, el autor recoge los más diversos temas no sólo para explicar una serie de películas sino el entendimiento del mundo, el real y el diegético. Aunque como el mismo filósofo español explica, este no es un libro sobre cine sino una excusa para filosofar a través de éste, con películas tan disímiles como heterogéneas, temática y narrativamente, haciendo de este texto todo un compilado de ideas y frases, que perfectamente cabrían en un estudio psicológico hasta en el gusto y la moral, vista desde la perspectiva más humana; un texto ganador a mejor ensayo.
De este libro tomamos un par de ideas y frases:
"...que el termino "subproducto " no le llame a engaño, por favor. es una palabra que proviene del vocabulario de la medicina, y más concretamente de la ciencia farmacéutica; y de ahí pasó al léxico de la economía , en el que un subproducto es un artículo es un artículo que se obtiene mediante un proceso de producción diseñado para la fabricación de otro bien.(...)Pero, en la vida de las personas, el el "serrín" lo que más importa; son los subproductos los que más cuentan."
"...pero el totalitarismo es un fenómeno político que no se ha dado sino hasta el siglo XX, y en dos formas tan dispares como el nazismo y el comunismo. Un regimen totalitario no es simplemente un regimen dictatorial, de modo correcto distinguía el profesor de filosofía Alfred Hoernlé, en una conferencia dada en abril de 1937 en la universidad de Johannesburgo, entre el simple tirano o dictador (que se beneficia del poder pero que no quiere hacer nada con él, salvo conservarlo o acrecentarlo) del líder totalitario, que anda detrás de algo mucho más peligroso: emplear el poder como instrumento para realizar una idea que le resulta personalmente enardecedora, en la visión de cuya pureza se consume: una sociedad organizada de forma perfecta, siguiendo un plan intelectual."
En este caso el escritor nos conduce a la idea del subproducto para explicar que: las creencias se comportan como un subproducto: no podemos hacernos con ella a voluntad, persiguiéndolas para conseguirlas y así gozar del bálsamo psicológico que nos procuran.
Nuestro gusto moral suele estar recluido en la dimensión tácita de nuestra conciencia; advertimos que existe más cuando infringimos (sentimos entonces la punzada de los remordimientos de conciencia) que cuando lo cumplimos sin resquicios. no hace falta ser capaz de expresar verbalmente l contenido de nuestro gusto moral para que este exista y nos permita hacer discriminaciones dentro de nuestros propios actos o de los actos de lo demás...
El autor también nos acerca a ideas como la de virtud que se entiende:
virtud es aquí eficacia máxima para realizar grandes cosas. esta concepción "hazañosa" de la virtud quedó alterada y oscurecida en gran medida por la influencia posterior del cristianismo 8y de pensadores griegos anteriores inclinados al puritanismo, a la sobrevaloración del espíritu a expensas del cuerpo, como Sócrates o Platón). el concepto de virtud como capacidad óptima quedó reducido, casi se diría jibarizado, al cultivo de una capacidad específica: la capacidad de renunciar. de renunciar a los placeres de este mundo para así mejor garantizarse las beatitudes de ultratumba; o de renunciar al propio interés y anteponer a él interés ajeno (altruismo). el santo cristiano es el renunciante, en ambos sentidos: el que mortifica su cuerpo y su conveniencia.
En este caso nos muestra que la perfección, tomada desde la estructura y visión de ciertos personajes cinematográficos, pueden llegar a caer en ciertas complejidades:
a despacho de las apariencias, la existencia del autoperfeccionista compulsivo es quebradiza como un cristal y precisamente por la misma razón por la que es frágil el cristal: porque su estructura interna e demasiado rígida.
las "ideas", como diría Ortega y Gasset, pueden acabar transmutándose con el paso del tiempo en "creencias", en lugares comunes. Las ideas se tienen; en las creencias se está", escribía ortega con estupendo laconismo. Las ideas se piensan; con las creencias se cuenta, y de puro contar con ellas ya no se las piensa conscientemente.
Dos ideas muy particulares sobre el amor fati:
la expresión amor fati es muy característica de la filosofía nietzscheana; consiste, como dice Nietzsche en así habló Zaratustra, en transformar todo " fue" es un así lo quise"
de momento bastará con afirmar que precisamente el amor fati (la reconciliación con nuestra vida real y efectivamente vivida) es una forma de aplacar(incluso hata la anulación) el apetito fáustico. y que asimismo es cierto lo contrario: el apetito fáustico es incompatible con cualquier forma de amor fati.
como dato histórico, podemos leer lo siguiente:
la historia de la ciencia y la tecnología confirma esta impresión: está literalmente repleta de hallazgos inesperados, y no es exagerado decir que mas valiosos cuanto más inesperados. Willhelm Conrad Roentgen descubre los rayos X mientras trataba de averiguar por qué sus plcas fotográficas se estropeaba una tras otra. Thomas Alva Edison inventa accidentalmente el fonógrafo mientras hacía ensayos para perfeccionar u aparato que registrara impulsos telegráficos en discos de papel. Incluso ya inventado el fonógrafo, su principal uso práctico lo encontraron otras personas, y no el propio inventor. Edison, tras construir su primer fonógrafo en 1877, publicó en un artículo una lista de diez posibles empleos de su invento: conservar las últimas palabras de los moribundos, grabar lecturas de libros para personas ciegas...…En esa lista no figuraba el que, con posteridad, se revelaría como uso principal del fonógrafo : la reproducción de música..
hay dos grandes enemigos de la ambición fáustica, como reconoce el propio fausto de Goethe: uno de ellos es la conformidad con la propia vida (l amor fati), y el otro es el tiempo.
hasta aquí el mito de la caverna , cuya clave interpretativa nos ofrece el mismo Platón. la prisión bajo tierra es el mundo sensible, el único mundo que la mayoría de los mortales conocemos y tenemos por autentico. El prisionero que se desata de la ignorancia a la que los demás están uncidos es el filósofo que, por curiosidad y amor al saber, emprende el penoso ascenso desde el mundo sensible, en que sus compañeros viven instalados, al mundo inteligible, en que habitan las formas o Arquetipos delas cosas, los objetos universales que constituyen la única y autentica realidad.
la idea de La reencarnación, que se extendió simultáneamente durante el siglo vi a. c por Grecia y la india (hinduismo, budismo), tiene al parecer su origen en las prácticas del chamanismo siberiano. el chamán es el individuo psíquicamente inestable que, mediante ciertos rituales, es capaza de separar su mente de su cuerpo y hacer que la mente viaje, en especial al mundo de los espíritus.
el psicólogo inglés Nicholas Humphery nos recuerda en su libro la mirada interior que este apetito fáustico sigue con nosotros, que no es cosa del pasado, y que ahora las ficciones literarias y cinematográficas son los medios por lo general más usados en nuestra cultura para darle satisfacción.
Otras ideas que desde diversas ópticas explica el autor:
el autor toma como referencia una idea de Tibor Scitovsky, sobre la cultura, la cual define como conocimiento que suministra la redundancia necesaria para volver disfrutable un estímulo. la cultura es la información preliminar que se ha de poseer para gozar del procesamiento de información posterior.
la novedad supone un desafío a nuestras capacidades estimativas; y el disfrute estético es máximo cuando, en primer lugar, la comprensión del mensaje significa un reto intenso a esas capacidades; y cuando, en segundo lugar, estas salen triunfantes y consiguen asimilar o procesar el contenido transmitido y, en consecuencia, eliminar el exceso de novedad subjetiva que al principio tenía para nosotros.
el cortejo es una investigación en que hombre y mujer desean averiguar cosas diferentes.