Durante las diferentes etapas de la vida pasamos por épocas dónde notamos más fortaleza o mayor pérdida de pelo y ello es debido a ciclos naturales (algunos expertos dermatólogos estiman que en ciertas épocas de la vida podemos llegar a perder hasta 100 pelos por día). Cada dos o tres meses se va renovando el cabello y se reemplaza por el pelo nuevo y comienza de nuevo el ciclo de crecimiento. Alrededor del 90% de los 100.000 folículos pilosos están creciendo en situaciones de normalidad. El otro 10% se encuentra en reposo (fase telógena).
Pero el pelo y el cuero cabelludo también son unos indicadores de salud. Existen muchos tipos de trastornos del cuero cabelludo, algunos sin importancia y otros que, por el contrario pueden ser difíciles de llevar, como la alopecia areata, donde el sistema inmunológico ataca equivocadamente los folículos del pelo, y causa su caída - a menudo, de repente.
Hoy en día hay laboratorios que pueden realizar análisis del pelo para ver si existe alguna deficiencia de vitaminas y detectar venenos como el plomo o el arsénico, pero no existen medidas estándar para los test y un laboratorio nos puede dar resultados diferentes con la misma muestra de pelo.
Por otro lado la apariencia del pelo depende de muchos factores, la higiene adecuada, el champú o calidad de los productos que se utilicen (deben adecuarse a nuestro tipo de cuero cabelludo) la contaminación del entorno donde vivimos, etc. También nuestro cuerpo puede reaccionar en momentos de shock como la cirugía, el dar a luz, la toma de ciertos medicamentos, dietas determinadas, estrés severo (de 2 a 3 meses después del sucesos estresante), problemas de tiroides empujando al pelo a su fase de reposo, o telógena.
La alimentación, es crucial. Necesitamos proteínas y hierro para mantener un pelo saludable, junto con los ácidos grasos omega-3, zinc y vitamina A. Las dietas muy bajas en calorías son a menudo carentes de estos nutrientes y pueden impedir el crecimiento del pelo o dejar el cabello opaco y blando. El complemento alimenticio con algas como la espirulina u otros complejos de minerales y vitamínicas puede ser un remedio eficaz; no obstante, para determinar si la pérdida es benigna o nos está alertando de algún otro problema de salud, vendría bien hacerse un chequeo médico.