Lo ‘siniestro’ de los accidentes de tráfico

Las cifras de víctimas en carretera son espeluznantes: una persona pierde la vida cada 23 segundos por accidentes de tráfico en el mundo, mientras el dato de muertes anuales asciende a 1,3 millones. Llama la atención que estas cifras no se consideren una pandemia: la sociedad tiene asumida esta situación como algo habitual. A menudo, la ciudadanía no repara en que muchas personas mueren o resultan gravemente heridas en cualquiera de estos sucesos.

Normalizar esta situación es un grave error, ya que los accidentes pueden evitarse. Ser víctimas de una situación que no se ha podido evitar sí es un accidente. Sin embargo, cuando este se debe a factores humanos como un exceso de velocidad, no llevar el cinturón de seguridad o conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas, estamos hablando de siniestros que son evitables. ¿Existe alguna forma de reducir estas situaciones a cero? La respuesta es clara: concienciar a la sociedad de la importancia de la seguridad vial.

En este sentido, queda mucho camino por recorrer si tenemos en cuenta que el factor humano participa en más del 90% de los siniestros viales. Esta cifra asciende hasta el 98% si se contabiliza el mal estado del vehículo, algo que atañe al conductor, responsable de su mantenimiento. Da la sensación de que la mayoría de las personas solamente se preocupa del estado de su coche si tienen que pasar la revisión de la ITV. Esto supone que aquellos vehículos que no están obligados a pasar esta revisión en sus primeros cuatro años no reciben la atención necesaria para saber que todo está funcionando correctamente.

El factor humano protagoniza más del 90% de los siniestros viales registrados

Otro de los factores sobre los que se debe concienciar a la población tiene que ver con las distracciones al volante: son la causa de un tercio de los siniestros mortales. Mirar el móvil, cambiar de emisora de radio o beber agua son acciones que pueden provocar un accidente y causar fallecidos o heridos con secuelas graves.

Este es otro de los puntos a los que se debería prestar más atención. Más allá de las cifras de fallecidos, se habla muy poco de todas las personas que han sobrevivido a un siniestro y que, aún así, sufrirán las consecuencias el resto de su vida. Debemos ser conscientes de que detrás de cada siniestro hay una persona y de que una mejor concienciación podría haber contribuido a evitarlo, pero para ello hay que dedicar esfuerzos y reflexionar acerca de cuál es la mejor manera de fomentarla.

En 2019, en España, 1.800 personas perdieron la vida en nuestras carreteras

Una buena noticia es que en España se han reducido sustancialmente las cifras de accidentes de tráfico en los últimos años. Hace unos días, la DGT informaba de que el balance de fallecidos en carretera a lo largo de este verano ha sido de 185 víctimas, 14 menos que en el mismo período de 2020, en el que los desplazamientos por carretera se redujeron debido a la pandemia. En 2019 fueron 1.800 personas las que perdieron la vida en nuestras carreteras. Cualquier persona que fallezca ya es un dato importante, ya es demasiado, pero el hecho de que estos números desciendan cada año demuestra que es posible alcanzar el objetivo de cero muertes en carretera.

No obstante, aún hay mucho trabajo por delante y la seguridad vial debe convertirse en una cuestión social de primer orden para todos. En especial para nuestros jóvenes, que están muy involucrados en todo tipo de cuestiones sociales. Son ellos quienes pueden revertir la situación y conseguir que esta tendencia cambie para siempre.

Miguel González-Gallarza es Chief Advisor Officer de Onroad.

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