Pocas cosas se asemejan al placer que supone llevar aguardando un tiempo para leer un libro y que luego dicho libro sea mejor todavía de lo que esperabas. Y es que, estar meses viendo los escaparates de las librerías llenos de ejemplares de “Loba negra” de Juan Gómez-Jurado pero posponer su lectura porque tenía muchos libros pendientes, ha sido un sacrificio que ha obtenido una grata recompensa cuando he podido comprender por mí misma el merecido éxito de este thriller del aclamado autor de “Reina roja”.
“Loba negra” rescata (como no podía ser de otra forma porque hubiésemos matado al autor) a la pareja protagonista que ya conocimos en “Reina roja”. La peculiar Antonia Scott y el inspector Jon Gutiérrez reciben un nuevo encargo de parte de Mentor para esclarecer la desaparición de Lola Moreno, la mujer de un integrante de la mafia rusa que huye de un centro comercial malagueño tras un tiroteo. Pero cuando empiezan a tirar del hilo, nuestros ya queridos investigadores descubren que hay mucho más detrás del caso de lo que en un principio puede parecer y Scott no descansará hasta descubrir qué ocurre con las piezas que no le encajan en este complicado rompecabezas. Mafiosos, trata, asesinatos, corrupción y venganza aderezan este libro que te atrapa desde la primera página, con un ritmo frenético y unos personajes carismáticos que se empeñarán en quedarse contigo mucho después de que cierres el libro.
Pero lo mejor de “Loba negra” no es realmente la trama, por muy buena que esta sea. Lo que diferencia a este thriller de cualquier otro y a Juan Gómez-Jurado del resto de escritores de este género, es su original estilo narrativo. Además del humor, la ironía y las múltiples referencias populares que utiliza con frecuencia, amenizando e incluso humanizando el relato, es asombrosa la capacidad del autor de, usando un lenguaje muy sencillo y directo, recrear las escenas e imágenes en la mente del lector hasta el punto de que parece que estés viendo una película. “Loba negra” es un libro muy gráfico y descriptivo y esto potencia la sensación de estar acompañando a los personajes, como si tú también estuvieras ahí. Y precisamente sus personajes son el otro gran punto fuerte de la historia: Antonia Scott es una mujer muy compleja y difícil debido a su inteligencia desmesurada y a sus escasas dotes sociales, a la vez que vulnerable y (a su manera) entrañable. Jon todo lo que tiene de grande (no es que esté gordo) lo tiene de sensible y no puede evitar sentir un gran cariño por su compañera, a pesar de lo difícil que resulta tratar con ella. Esta pareja de compañeros se coordina y complementa como pocas, y juntos se ayudan mutuamente a mantener a raya sus miedos y fantasmas (que haberlos haylos) construyendo un adorable tándem de protagonistas que se lleva de calle la novela.
Como nos promete el autor al final de este libro, habrá una nueva entrega que nos traerá de vuelta a Antonia y a Jon, lo cual es imprescindible ya que “Loba negra” termina dejando la puerta abierta a otra historia. Aunque este libro es independiente, me veo en la obligación de sugerirte de que leas primero “Reina roja” para comprender mejor a los personajes, pero sobre todo por el mero hecho de disfrutar de otra buena historia. Anda que te quejarás de mis recomendaciones…
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