Una vez más constatar el poco acierto a la hora de traducir el título de las películas. El título original, “La pazza giogia”, que proviene de la expresión italiana “alla pazza giogia”, podría traducirse de unas cuantas maneras acertadas pero nunca “Locas de alegría”, porque locas están pero alegrías pasan pocas. Y si están locas no es por culpa de la alegría. Da una idea falsa del film. Con haberla titulado “A lo loco” creo que hubiera bastado. En fin.
A mí me gustó mucho “El capital humano”, la anterior película de Paolo Virzì, creo que había una reflexión de calado en aquella película y me ha gustado mucho también ésta por la misma razón.
Si miramos la vida que vivimos, seguramente todos estaríamos dispuestos a afirmar que gozamos de una libertad amplísima en cuanto a nuestras elecciones y que el libre albedrio prácticamente no tiene límites. Pero, ¿Lo hemos puesto a prueba?
Ya sé que a nadie o casi nadie le da por ir repartiendo dinero por ahí, de hecho si alguno lo ha hecho enseguida ha sido tildado de loco. ¿Lo estaba? ¿Podemos aceptar que alguien vaya repartiendo dinero por la calle y que no esté loco? Yo creo que sí. Pero seguramente el consenso sería que está de remate y su familia se apresuraría a inhabilitarlo. He puesto este ejemplo pero hay infinitos. Ejemplos de conducta seguramente las más de las veces excéntricas, atrabiliarias, insólitas, pero ¿de locos?
En realidad desde que nacemos hasta que morimos estamos constreñidos de una manera tan sutil que ni nos damos cuenta. Bueno, sí, nos damos cuenta cuando aparece uno de esos seres inadaptados que pone en solfa esa “enorme libertad” de la que disponemos, la testea y la encuentra limitadísima e insuficiente. Eso le pasa a la principal protagonista de esta historia y que describe muy bien su madre, que decir que está harta de ella es decir poco.
Valeria Bruni está fantástica en ese papel de disparatada excéntrica, la variedad de matices que le da al personaje hace pensar si no tendrá la actriz un poco de ese papel. Brilla y emociona con naturalidad y sin histrionismos y eso que el papel daba para ello.
El contrapunto a esta “loca maravillosa” lo da Micaela Ramazzoti que ya es más una loca de andar por casa y que suele abundar más. La típica desquiciada al que el abandono, la traición y la falta de amor han llevado a un callejón sin salida que la sociedad suele resolver quitándote el único flotador que tiene y así ya te hundes del todo. Estupenda también su interpretación, pero como se diría en el mundo taurino a Valeria Bruni le salió el mejor toro.
La escena de la playa de Micaela Ramazzoti, conmovedora y muy emocionante.
Esta película se podía haber traducido tranquilamente “Cuando una loca fantasiosa encontró a una loca falta de cariño y a partir de ahí nació la esperanza para ambas”, es poco comercial pero daría una idea más acertadaque esta “Locas de alegría”, que ni como ironía sirve.
Hay un homenaje explicito a Thelma y Lousie, pero es sólo un homenaje. Thelma y Lousie tenían los pies sobre la tierra, perdón querían ponerlos pero no les dejaron. Mientras que al personaje de Valeria Bruni poner los pies en el suelo le parece de un aburrimiento insoportable. Lo que la da un plus de humanidad y generosidad que al personaje de Micaela Ramazzoti le viene de maravilla.