A nadie defraudó. Jugando de igual a igual, sin temores ni complejos, el Athletic Bilbao estuvo a solo un par de minutos de lograr lo que para otros tantos clubes en el mundo parece imposible: vencer al Barcelona.
Todos habrán disfrutado de este gran espectáculo gracias a 22 jugadores muy buenos. Es de los mejores partidos en los que he estado y eso ocurre cuando los dos van a ganar el partido. Y el que acaba ganando es el público. Fue un canto al fútbol”.
“A Bielsa le he dicho que son unas bestias. Nunca había jugado contra un equipo tan intenso, tan agresivo, que te deja tan poco espacios. Por eso es tan buen entrenador y ha conseguido un equipo tan suyo en muy poco tiempo”. Pep Guardiola
Todos coincidieron. Lo visto en San Mamés fue un autentico espectáculo. Intenso, físico, táctico, técnico, bello, pletórico e inolvidable. Digno de dos equipos que hasta en las peores condiciones se mantuvieron fieles a su idea de intentar progresar siempre con belleza y pulcritud.
Nunca hubo respiro. El Athletic mostró su cara más valiente desde el minuto inicial, adelantando sus lineas y presionando bien arriba sin rehusarse al intercambio de golpes. Proponiendo duelos individuales e intentando discutirle la posesión del balón a un Barcelona que aunque de todas formas ejerció su dominio se vio obligado a ejecutar sus acciones con muchísima rapidez.
Poco antes de los veinte minutos, el Athletic se adelantó en el marcador gracias a un muy buen gol del joven y talentoso Ander Herrera, quien recibió el centro atrás de Susaeta y acabó con el récord de imbatibilidad de Valdés despachándose con un derechazo muy bien colocado.
Tranquilo hasta en desventaja, el Barcelona respondió con inmediatez y igualó el duelo por intermedio de Cesc Fábregas, quien ubicado en la posición clásica del nueve recibió el centro de Abidal, le ganó en el salto a Amorebieta y sacó un cabezazo inmejorable.
El resultado expresaba cabalmente lo que sucedía en el campo. El empate era lo más justo. El unico capaz de premiar a dos conjuntos que estuvieron lejos de regular energías después de los goles. Que empapados por la lluvia jamás renunciaron al combate. Siempre apegados al ideario futbolistico de ambos entrenadores. Más sacrificados y voluntariosos unos, mas estéticos y elegantes otros.
El míster nos comentó tras el partido del Salzburgo que teníamos el gran reto de ganar al mejor equipo del mundo, lo dijo con una sonrisa y nos convenció a todos. Nos dijo que le íbamos a plantar cara, que todos desde el patio del colegio entrenábamos para estas oportunidades. Teníamos claro que no podíamos ser un equipo miedoso, había que disputar la posesión del balón”. Ander Herrera
Aunque los charcos de agua que comenzaron a dejarse ver conspiraron contra el buen hacer de ambos conjuntos, el segundo tiempo fue igual de intenso, entretenido y emocionante que el primero.
Sujeto a vaivenes, el tramite fue nuevamente dominado por el Barcelona, dueño del balón, las opciones de gol y las mejores perspectivas de triunfo hasta que la desdicha se apoderó de Abidal y Piqué a diez minutos del final y cuadro comandado por Bielsa pasó adelante por segunda vez.
Nunca tan palpable, la victoria era prácticamente un hecho. Hasta que Iraizoz chocó con San José y Messi se calzó el traje de verdugo, marcó su primer gol en La Catedral y le puso cifras definitivas a un encuentro que acabó como debía, sin vencedores ni vencidos. Con el fútbol como único ganador.
La cercanía del empate con el final del partido aumenta la frustracion, pero el resultado se corresponde con lo que sucedió en el campo. El partido fue parejo, pero los esfuerzos que a cada uno de los equipos le exigió esa paridad en nuestro caso fue máximo. Me gustaron mucho los pleitos en el partido. Verle a Abidal y a Muniain jugar su partido fue una expresión muy linda que sintetiza todo el partido”. Marcelo Bielsa
Más que la racha de diez encuentros consecutivos sin perder, lo más importante es lo que se esta construyendo a pasos agigantados. Un equipo con identidad propia. Valiente como pocos. Capaz de jugarle mano a mano hasta al equipo más poderoso de todos. Made in Bielsa, como ya lo dijo Guardiola.