El Athletic de Bilbao triunfó en su debut en la fase de grupos de la Europa League. El Slovan de Bratislava, que en la fase previa había sorprendido y eliminado a la Roma, fue la primera víctima oficial de Marcelo Bielsa como técnico del León. Susaeta y Muniain convirtieron los tantos de la visita.
El conjunto de Bielsa mantiene intacta su flamante tendencia a controlar la posesión dejando de lado su característico juego directo. Ante el Slovan mantuvo bajo su suela la pelota y maniató a un rival que solamente apeló al rigor físico para intentar frenar la superioridad del Bilbao. El entrenador rosarino llegó a San Mamés y modificó radicalmente la mentalidad de un equipo que ahora se atreve sin miramentos a ser protagonista.
Su victoria en Bratislava quebró la racha tras sumar solo un punto en dos jornadas en la Liga. El Loco espera que sea el puntapié inicial para continuar por la senda del triunfo.
Esta victoria interrumpe una tendencia de no ganar contra equipos que no demostraban ser superiores a nosotros. Eso es bueno, pero los efectos los veremos de manera inmediata el domingo ante el Betis. Pero la expectativa y la esperanza es que sea un punto de impulso.
Dentro de ese contexto ideal de Bielsa, Iker Muniain fue la gran figura del partido. Autor del gol decisivo para el triunfo con una bella pirueta, complicó al fondo eslovaco con su talento, su gambeta y su habilidad. El joven de apenas 18 años revolucionó el trámite de un partido que se había complicado tras la igualdad del conjunto eslovaco. “Muniaín es un señor jugador” reconoció Vladimir Weiss, el técnico rival.
La tónica del partido no es que le quitamos la pelota a un equipo que nos generaba peligro, en ningún momento nos creó peligro, dejamos de crear situaciones comprometedoras para ellos. Tendríamos que haber generado una diferencia mayor en el marcador que no hubiera generado preocupación.