Revista Coaching

London & Gentlemen ( o los poderes mágicos de la masculinidad)

Por Stern @nesuispasjuliet
Uno de los aspectos que más maravillaron de Londres ( y que siendo franca, ya me tenía enamorada mucho tiempo antes de viajar allí) fue la moda, especialmente la de hombre.
Ese estilo elegante y natural que rezuman los hombres londinenses se ve reflejado en gestos, palabras, actitud y  ( para gran satisfacción mía) ropa.
Bien que no se vale generalizar, pero hay que admitir que un gran número de hombres de aquella ciudad se pueden incluir dentro de esa categoría tan inglesa de "Gentlemen".
Hombres bien peinados, con ropa impecable ( no necesariamente traje y corbata), con un olor que hacía que te diesen ganas de ir tras ellos hasta el fin del mundo.
London & Gentlemen ( o los poderes mágicos de la masculinidad)
El estilo en los hombres parece que aquí, en España, se ha perdido en gran parte ese prototipo del hombre masculino, aquel que tenía ademanes que enamoraban y vestía siempre preocupado por dar una buena imagen.
Tal vez es que yo no sepa mirar bien, o que en Barcelona no existen esos hombres o, quién sabe si han creado todos una especie de club secreto donde se reúnen en la clandestinidad y nadie más los ha visto, convirtiéndose así en una leyenda urbana.
Me da la sensación de que, cada vez que salgo a la calle, que voy a tomar algo, al trabajo o a estudiar, los prototipos al estilo Mujeres y hombres y viceversa, con tanta gomina en el pelo que, seguramente, si le dieses un golpe a uno de sus mechones, acabaría partiéndose como si de hielo se tratase. Se aboga por la metrosexualidad, por el hombre que no es "hombre", al menos en un sentido estético.
La mujeres quieren tipos depilados al milímetro, que se echen cremas antiedad, antigrasa, antibolsas y anti-cualquiercosaqueseprecie, que compartan los mismos gustos que ellas, que les guste ir de compras, que no queden con sus amigos para ver el fútbol ( se indignan hasta que prefieran ver un partido antes que tener sexo), quieren un Brad Pitt en su vida, un tipo que, si traspasa un poco más la línea, acabará siendo una más de sus amigas. Y luego vienen los " A mi me gustan los tipos duros" " te has vuelto un blando" " ya no eres como antes".
London & Gentlemen ( o los poderes mágicos de la masculinidad)
Bueno, queridas, si estás con un hombre al que pretendes convertir en Ken pero fantaseas con un Hugh Jackman, aquí hay un problema y no es él.
Los gentlemen londinenses me fascinaron porque tenían la dosis justa de cada parte, la masculina y la femenina. Tenían buenas maneras y un sentido estético y cultural más que decente, pero seguían conservando ese aire de masculinidad que hace que las piernas te tiemblen. ( creo que nunca, hasta que llegué a Londres, me había abierto la puerta un hombre completamente desconocido y me había dejado pasar primero).
Creo que hay una concepción de lo masculino y lo femenino que se está transgiversando en pro del mercado, sobresaturando de estrógenos nuestro día a día.
Como mujer joven debo decir que, ya sea por la circunstancias de desigualdad en las que nos hemos visto envueltas durante muchos años, o por una influencia cultural negativa, he vivido y crecido en una sociedad en la que se parece querer paliar esas injusticias, saboteando a la masculinidad ( debo dar gracias a haber tenido unos padres tan maravillosos que tanto a mi hermano como a mi, nos han inculcado una educación de  igualdad total y respeto por el sexo contrario), tratándola a menudo hasta en algo inferior, algo que no tiene nada de positivo y que casi estaría mejor si no existiese.
Esta actitud, como ya dije en un post anterior, es un feminismo radical que no hace nada que sea mejor que una actitud machista típica.
London & Gentlemen ( o los poderes mágicos de la masculinidad)
Lo masculino está bien. Es diferente, como debe ser ( hay que defender la igualdad social, pero la biológica y la de carácter no está mal diferenciarla) pero diferente no quiere decir malo ni peor. No todos los hombres tienen esos pensamientos machistas ni son idiotas e irrespetuosos.
Esos rasgos van con las personas y no con el género al que pertenezcan ( así mismo pasa con las razas, culturas o religiones).
Creo que habría que desterrar de una vez por todas al metrosexual de nuestras vidas y apostar por el hombre real, por ese gentlemen que existía antes y que parece ser que se le ha relegado por ser "demasiado caballero". Pero como dijo Oscar Wilde "You can never be overdressed or overeducated".
Y yo debo admitir, que aquellos gentlemen londinenses, con sus abrigos largos, sus cabellos peinados a la perfección a un lado y con aquella ropa y maneras, me dejaban sin aliento cada cinco minutos.
London & Gentlemen ( o los poderes mágicos de la masculinidad)
Un día de estos prometo dedicar a la ropa de hombre y a la adoración que siento hacia ella.

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Por  Luz Ruelas
publicado el 17 noviembre a las 05:58

Totalmente de acuerdo con tu postura ante el feminismo y el machismo; Ambos extremos son inútiles y obstaculizan la igualdad que es lo que se supone que buscamos. Yo también estoy enamorada de ese estilo tan elegante sin perder lo varonil. Desgraciadamente sólo he puesto un pie en Londres en mis sueños y en mis libros así que te envidio abiertamente ¡Saludos desde México! Muy bueno tu post:)