El clavado o salto, es uno de las disciplinas que más público atrae en los Juegos Olímpicos. Seguramente se debe a la sincronización que los representantes de cada delegación deben tener durante las caídas y las piruetas que hacen en el aire. Más allá de algún contratiempo, suele ser un acto muy bonito de contemplar. Pero, si observamos las caras de los deportistas durante sus descensos entre el trampolín y el agua, ¿diríamos lo mismo?. Aquí en De Puntín, las divertidas imágenes: