Primo del emir de su país natal, miembro de una de las familias más importantes de Qatar, varias veces competidor de Rally Dakar y, desde hoy a la mañana, bronce en los Juegos Olímpicos por tiro al plato; sin duda, una extraña combinación.
A Al-Attiyah lo conocimos en 2008 cuando llegó con su auto a competir en el Dakar de nuestro país, pero llegó a la fama recién año pasado cuando se consagró conduciendo un Volkswagen.
Hoy subió al podio luego de eliminar, por tan solo un punto en el desempate, al representante de Rusia. Él defiende los colores del país asiático en esta disciplina desde los Juegos de Atlanta 1996. Se inició en este deporte porque el por entonces presidente de la federación qatarí era pariente de un corredor rival. Viéndose imposibilitado para competir detrás del volante, agarró el rifle y hoy su paciencia dio frutos.
A Al-Attiyah lo conocimos en 2008 cuando llegó con su auto a competir en el Dakar de nuestro país, pero llegó a la fama recién año pasado cuando se consagró conduciendo un Volkswagen.
Hoy subió al podio luego de eliminar, por tan solo un punto en el desempate, al representante de Rusia. Él defiende los colores del país asiático en esta disciplina desde los Juegos de Atlanta 1996. Se inició en este deporte porque el por entonces presidente de la federación qatarí era pariente de un corredor rival. Viéndose imposibilitado para competir detrás del volante, agarró el rifle y hoy su paciencia dio frutos.