de Eduardo Arias.
Título: Lorenzo Blanco y los crímenes inoportunosAutor: Eduardo AriasEditorial: Autoeditado, 2015Páginas: 466
Resumen oficial.
Gijón, verano de 2010. El cadáver de un hombre trajeado aparece bajo un puente en un parque de la ciudad. Lorenzo Blanco, un joven e inexperto detective privado, apasionado de los deportes, el cine y la novela negra, es contratado inesperadamente para resolver un misterio que la policía ha dejado correr. ¿Suicidio, asesinato, conspiración? Poco después, otro violento fallecimiento, esta vez en la Semana Negra, sobresalta a la ciudad y pone en jaque a una junta de gobierno que ya se encontraba en entredicho por sus poco acertadas decisiones políticas. Dos casos aparentemente inconexos que podrían ser sólo la punta del iceberg de algo mucho más gordo…
Respaldado principalmente por Sara Paredes, una joven traductora, y Miguel Canales, ingeniero de telecomunicaciones y entusiasta de los videojuegos online, Lorenzo tendrá que valerse de su ingenio y sus conocimientos literario-cinematográficos para acercarse poco a poco a una realidad que algunos pretenden por todos los medios que no salga a la luz.
Repleta de guiños al mundo del cine, la televisión, la música y la literatura, para el autor ésta no es sólo una novela policiaca, sino también un fiel retrato de algunos de los lugares más emblemáticos de su «Gijón del alma», además de una feroz sátira de la sociedad contemporánea en la que ni los medios de comunicación, ni la policía ni, por descontado, la clase política se libran de una crítica despiadada y mordaz en una historia con abundantes dosis de comicidad.
Impresión personal.
Hace ya algún tiempo que leí esta novela y antes de hacer la reseña, quería dejarla reposar para verificar que mis primeras impresiones eran las que eran y no resultaban ser fruto de las difíciles circunstancias personales en las que yo me encontraba cuando la leí. Pasado un tiempo prudencial afronto esta reseña con sentimientos encontrados.
La novela es la opera prima de Eduardo Arias por lo que ya tiene su mérito haber hilado una trama como la que recoge la obra. No obstante, seguramente por ser su primera obra, he "padecido" algunas de las cuestiones habituales que se repiten en autores noveles que más adelante en obras sucesivas se van corrigiendo. Y me explico. Aunque me ha encantado que la novela se desarrolle en Gijón porque siempre me gusta la descentralización del crimen en nuestro panorama literario, las descripciones de la ciudad me han parecido excesivas y aburridas. A veces no sabía si estaba leyendo una novela o una guía turística pormenorizada, que no me apetecía, de la ciudad de Gijón, pero no de la Gijón histórica, sino de la Gijón cotidiana y trivial que me ha hecho leer en diagonal en muchas ocasiones. También me han resultado excesivas las páginas que se dedican a lo que los personajes hacen en su vida cotidiana habitual y las referencias continuas a los lugares donde alternan, lo que beben, sus menús, etc. Todo esto ralentiza la lectura y desvía la atención de lo que realmente interesa al lector que ha seleccionado esta novela, es decir, la trama en la que se investiga y se resuelven una serie de asesinatos. Para mi gusto, que es evidente que es personal, todas estas partes me han sobrado y no son pocas páginas a las que me refiero, a lo que añado un capítulo completo dedicado al Mundial de Fútbol que me ha sobrado totalmente.
Dicho lo anterior, creo que la historia se cierra muy bien y que el detective protagonista tiene un gran potencial a futuro a pesar de que es su primer caso importante. Los personajes principales están muy bien definidos y a su juventud evidentemente hay que sumar que no tienen experiencia en investigar y que, al basarse muchas veces en aquello que han leído en novelas policíacas o en películas, se equivocan y van aprendiendo sobre la marcha hasta resolver los asesinatos. Quiero pensar que al ser la primera novela de una serie, en las siguientes Lorenzo Blanco y sus compañeros van adquiriendo experiencia y los casos a resolver serán más ágiles. Lorenzo además es un detective curioso como protagonista porque aparte de su excesiva juventud e inexperiencia, vive felizmente con Sara Paredes, cuenta con grandes amigos y no es adicto a nada, es más, bebe siempre refrescos muy sanos. Ni está amargado, ni por ello bebe en exceso o se droga, ni tiene o ha tenido conflictos familiares como suele ser habitual en las novelas negras que él mismo frecuenta como lector. Un detective atípico, con una vida normal en una ciudad relativamente pequeña del norte de España.
La novela además tiene una parte metaliteraria muy importante. En ella aparecen autores muy relevantes de novela negra como Agatha Cristie, Arthur Conan Doyle, Lawrence Block, Michael Conelly, Ross Macdonald, Hamemtt, o Chandler y desde luego muchos de sus títulos. Los tres protagonistas frecuentan el género negro y policíaco y estos autores les sirven como referencia para afrontar la investigación por su cuenta ante la inmovilidad de la policía local y la ocultación de la clase política. Además uno de los crímenes que acontece, lo hace durante la celebración de la Semana Negra de Gijón, una Semana que se describe perfectamente en la novela.
En resumen, siendo la primera novela de Eduardo Arias, me ha parecido que le han sobrado páginas, no por ser la primera novela, sino porque entremezcla en ella otras temáticas que poco o nada aportan a lo realmente relevante que es la investigación policial de los crímenes. Asuntos como las descripciones de la ciudad, los gustos y actividades cotidianas de los protagonistas, la situación política y social del entorno o la parte deportiva, a mi me han sobrado totalmente y me han ralentizado mucho la lectura. Me ha gustado Lorenzo y sus amigos y el estilo del autor, fresco y con un sentido del humor que te llama enseguida la atención, así como la resolución final de los casos investigados. Por eso creo que las siguientes novelas de la serie han de ser, por necesidad, más ágiles y concisas ya que se conoce de sobra el ambiente urbano y los personajes que juegan en el tablero.