Estoy finalmente leyendo el último libro que escribió Steve de Shazer junto a Yvonne Dolan, Insoo Kim Berg, Harry Korman, Terry Trepper y Eric McCollum: “More than miracles: The State of the Art of Solution-Focused Brief Therapy”. (Se darán cuenta que inspiró el título que lleva el curso online.)
Allí, a sus ya famosos tres principios (“Si no está roto, no lo arregles”; “Si algo funciona, hazlo más”; “Si algo no funciona, haz algo diferente”), de Shazer añade otros 5:
La terapia fue concebida por Steve como un enfoque minimalista. Construir soluciones es un proceso que típicamente se acompaña de una serie de pequeños y manejables pasos para alcanzar el cambio; cambios que se amplían y gradualmente producen cambios sistémicos. Ayudar a las personas a llegar a la solución a través de pequeños pasos hace que las personas comiencen a hacer cosas de manera gradual.
2. La solución no se relaciona necesaria ni directamente con el problema
Como señalaba el mismo de Shazer: “La solución, muchas veces, llega antes que el problema”. A diferencia de otros enfoques que conocen el cambio como resultado de conocer primero el problema para después encontrar una solución que se relacione con el, la Terapia Breve Centrada en Soluciones (TBCS) desarrolla la conversación intentado conocer primero qué es lo que la persona desea que fuera diferente en su vida cuando el problema se haya resuelto. Terapeuta y cliente trabajan para conseguir un objetivo común, que es importante para el cliente. Luego identifican experiencias en la vida de la persona que señalan, aunque sea mínimamente, que aquello que desea sucedió en algún otro momento, indicando que la persona conoce y sabe cómo resolver este problema. La TBCS no se ocupa de analizar los patrones disfuncionales de interacción ni los orígenes del problema o la “patología” del cliente. Aunque alguno de estos factores pueda resultar interesante y hasta tener alguna influencia en el cliente, la TBCS se enfoca casi exclusivamente sobre el presente y futuro.
3. El lenguaje que necesitamos para desarrollar una solución, es diferente del lenguaje que necesitamos para describir un problema.
El lenguaje de los problemas tiende a ser muy diferente del lenguaje de las soluciones. Siguiendo a Wittgenstein -una de las mayores influencias de Steve- “El mundo de la felicidad es muy distinto al mundo de la infelicidad”. Como es usual, hablar de problemas resulta negativo y describir los orígenes del problema a menudo contribuye en la permanencia del problema.
El lenguaje de las soluciones, en cambio, es usualmente más positivo, esperanzador -como señalaron algunos alumnos y alumnas del curso online cuando desarrollaron un ejercicio con la pregunta del milagro: genera una sensación de tranquilidad y seguridad que genera posibilidades y soluciones reales y factibles: la rigidez se vuelve flexible y se abren puertas; el buen ánimo y la búsqueda de cambios pequeños, fáciles, generan a su vez, como efecto bola de nieve, cambios mayores, hasta la consecutiva construcción de una nueva realidad -, que señalan la fugacidad del problema.
4. Los problemas no ocurren todo el tiempo: siempre hay excepciones que pueden ser muy bien utilizadas
Este principio, siguiendo la idea de la fugacidad del problema, refleja una de los abordajes más comúnmente usados: las preguntas para encontrar excepciones, ya que siempre existe una excepción al problema, por más pequeña que sea e insignificante que parezca. Estas excepciones pueden ser usadas para construir pequeños cambios útiles.
5. El futuro es co-creado y negociado
Este principio ofrece, para Steve, “una sólida base para la práctica. Las personas no son vistas como encerradas en un conjunto de comportamientos basados en una historia, un estrato social o un diagnóstico psicológico. Con un fuerte apoyo en el construccionismo social, este principio sugiere que el futuro es un lugar esperanzador, donde las personas son los propios arquitectos de su destino”.
Aquí, finalmente, Steve menciona 3 razones por las que la TBCS puede ser considerada también como una terapia sistémica:
1. Generalmente los terapeutas se ocupan de trabajar con parejas, familias, e incluso individuos, que pueden -desde la metáfora sistémica-, ser consideradas como sistemas, y los terapeutas toman a menudo una decisión acerca de quiénes también pueden participar, además de la persona que llega a consulta.
2. Es sistémica porque las soluciones son exploradas en interacción, esto es, los problemas que traen las personas, las excepciones y el cambio, envuelven también a otras personas, por lo general, miembros de la familia, colegas del trabajo, o amigos.
3. Es sistémica porque un pequeño cambio que empieza a ocurrir, genera otros cambios que generalmente son más grandes y usualmente interaccionales y sistémicos.
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es psicólogo y psicoterapeuta formado en Terapia Sistémica Breve. Es fundador y editor de EL TERAPEUTA ESTÚPIDO (www.elterapeutaestupido.ayalajorge.com), una publicación virtual donde impulsa a través de artículos, publicaciones y cursos el conocimiento y desarrollo de la Terapia Breve Centrada en Soluciones y la Terapia Narrativa. Actualmente ofrece un curso formativo online de Terapia Breve Centrada en Soluciones, donde participan personas de Europa y América Latina.