Salir a dar la vuelta a la manzana tiene más beneficios que la simple quema de calorías y tonificación muscular. De acuerdo con un artículo publicado en Research Digest, correr durante 60 minutos podría alargar 7 horas nuestra expectativa de vida y desencadenar cambios muy positivos a nivel cerebral que benefician nuestro rendimiento cognitivo.
Echa un vistazo a los siguientes datos revelantes, lo más seguro es que encuentres una razón más para atarte los tenis y salir a la calle.
Una expectativa de vida más alta
Según una investigación referente a enfermedades cardiovasculares, los corredores viven tres años más que las personas que no practican este deporte, de modo que correr podría prolongar la longevidad más que cualquier otro ejercicio.
Un incremento de conexiones neuronales
Estudios realizados demuestran que correr ascendiendo colinas o aplicando cambios de pista (por ejemplo, en pavimento irregular que suponga un mayor esfuerzo) genera cambios en el cerebro aumentando el número de conexiones en centros funcionales clave para, entre otras cosas, la regulación de las emociones. Estos efectos varían dependiendo del tipo de ejercicio, ya sea que se realicen sprints (corridas rápidas e intermitentes) intensas o trote de larga distancia.
Una mejor conectividad entre regiones cerebrales
Un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Arizona donde fueron escaneados los cerebros de corredores jóvenes especialistas en competición de distancia mientras descansaban con los ojos abiertos durante seis minutos. Como resultado, se encontró que los corredores mostraban un conectividad neuronal elevada entre el lóbulo parietal y otras regiones cerebrales involucradas en la memoria y el auto control. Para los investigadores, esto podría deberse a la demanda cognitiva que supone para ellos correr como deporte.
Un desempeño cognitivo más alto
Los sprints intensos parecen incrementar la función ejecutiva del cerebro, según un estudio publicado en “Preventive Medicine Reports” donde investigadores pidieron a jóvenes voluntarios (con un promedio de 12 años) completar numerosos circuitos de sprint de 10 segundos durante diez minutos y realizar algunas pruebas de desempeño cognitivo. Los participantes mostraron un mejor rendimiento justo después de completar los sprints y también 45 minutos después de ello.
Una mejora en la flexibilidad cognitiva
Correr tres veces a la semana durante siete semanas podría mejorar la flexibilidad cognitiva, según un estudio hecho público en “The Journal of Strenght and Conditioning Research” donde un grupo de jóvenes marines corrió durante este periodo de tiempo, primero 45 minutos por sesión y luego 90 minutos al final del programa. El plan fue completado a manera de intervalos por sesión (corridas veloces de entre 200 y 1000 metros variadas con periodos de descanso).
Niveles de satisfacción general más altos
Un reporte publicado en “Cerebral Cortex” sugiere que la euforia que experimentan los corredores después de haber completado un circuito podría generar cambios bioquímicos en el cerebro que aumentan, entre otras cosas, los niveles de satisfacción general al producir una sensación de placer natural similar a la que experimentan los consumidores de cannabis.
Menos estrés y más calma
Curiosamente y en la contraparte, correr también puede tener un efecto analgésico que ayuda a las personas a liberar el estrés y disminuir los niveles de ansiedad y preocupación. Según lo explica un estudio publicado en “Experimental Brain Research”, correr se asocia con una reducción importante en la actividad del córtex frontal, lo que también se relaciona con el testimonio de numerosos corredores que reportan sentirse más relajados luego de completar un circuito. Esto se vincula con un estudio publicado en “Cognition and Emotion” que hace referencia a los beneficios de correr o trotar como ayuda para la regulación emocional y la resolución de problemas.
Una mayor facilidad para aprender
Una publicación hecha en “Neurobiology of Learning and Memory” sugiere que los sprints intensos podrían incrementar nuestra habiliad para aprender. Esta conclusión se basa en el análisis comparativo de un grupo de participantes que demostraron ser capaces de aprender palabras nuevas un 20 por ciento más rápido después de realizar sprints y también una mejor memoria retentiva una semana más tarde.
Fuente: Research Digest