PLAN EN LAS VEGAS
Título Original: Last Vegas Director: Jon Turteltaub Guión: Dan Fogelman Fotografía: David Hennings Música: Mark Mothersbaugh Intérpretes: Michael Douglas, Robert De Niro, Morgan Freeman, Kevin Kline, Mary Steenburgen, Jerry Ferrara, Romany Malco, Ric Reitz, April Billingsley, Phillip Wampler, Dane Davenport Distribuidora: Universal Fecha de Estreno: 22/11/2013 Hablar de Michael Douglas, Robert de Niro, Morgan Freeman y Kevin Kline es hablar de la historia viviente del cine. Cuatro maravillosos actores, los cuatros premiados por la academia, que aún a su avanzada edad siguen siendo reclamo suficiente como para llevar a cualquier persona a una sala de cine.
La unión de los cuatro en Plan en las Vegas realmente es algo que se siente hasta lógico, no estamos hablando de una gran película. Pero los cuatro actores se embarcan en ella como si fuera un viaje pagado por el Imserso para ir a disfrutar de unas merecidas vacaciones en la ciudad del pecado, y realmente es lo que se limitan a hacer durante la película. Resulta muy fácil observar que el rodaje de la misma ha tenido que ser algo muy divertido para ellos, las inocentes travesuras a las que son sometidos, en la que son poco más que unos simples viejos verdes, sin nada de mala leche. Es un producto realizado, más para el disfrute de sus actores protagonistas que para el del espectador. Pero cuando uno tiene cuatro actores como estos pasándoselo bien, es difícil que no terminen por contagiar la energía al espectador y muevan por si mismos la película.
La película arranca a mediados de los 50, ellos son cuatro chavales de aproximadamente 12 años que se divierten en las calles de Nueva York. Cuatro amigos inseparables, que están unidos y se protegen entre ellos. Tras esta pequeña y divertida introducción, la película da un salto de 58 años para observar cómo se encuentran ahora nuestros protagonistas cuando están cercanos a los 70 años. Kevin Kline es un hombre bastante triste al que se le ha apagado la chispa de la vida, y que pasa el día practicando aquagym con otros ancianos para recuperarse de sus operaciones. Morgan Freeman vive sobreprotegido por su hijo, el cual le ha privado de toda la libertad debido a un infarto que sufrió. Robert De Niro se ha convertido en un ermitaño que apenas sale de casa desde que su mujer muriese un año atrás. Y Michael Douglas está a punto de casarse con una treintañera. Será el enlace de este último el que vuelva a juntar a toda la pandilla al completo en un viaje a Las Vegas dónde celebraran una despedida de soltero, menos salvaje de lo que podrían esperar, puesto que sus caderas no están para demasiados trotes. Plan en Las Vegas siempre anda por terreno seguro. En ese grupo de amigos hay unas viejas rencillas entre los personajes de Douglas y De Niro. El segundo, no puede perdonar al primero que no asistiera al funeral de su mujer, pero no es algo tan simple como se presenta, y es que quedan en él aún coletazos de un amor adolescente que aún le llevan a sufrir por la pérdida de ella como si hubiera sido su propio marido. Estas rencillas se tendrán que arreglar en el viaje, a la vez que una nueva mujer se vuelve a presentar entre ellos, esta mujer es Mary Steenburgen, otra ganadora del Oscar, que se presenta como un alivio entre la carga de hormonas de la película. Steenburgen es la más cálida de su reparto, como una especie de Shirley McLane. Aunque nos conocemos a la perfección cada paso que va a tomar la película, ésta nunca deja de ser agradable. Pero cuando nos quitamos estos problemas personales es cuando la película se vuelve mejor. Los personajes de Morgan Freeman y Kevin Kline son, sin lugar a dudas, los más divertidos de la película. El primero se toma este fin de semana como si fuera su último pequeño momento de libertad, mientras que el segundo tratará de aprovechar la carta blanca que le ha dado su esposa. Son como niños pequeños y son los que más divertidos están, mención aparte merece el momento en el que Freeman, ataviado con un traje rojo, se pone a bailar September como si estuviera en Fiebre del Sábado Noche. Es cierto que Plan en Las Vegas podría haber dado mucho más de sí. Nunca se trata de explorar los problemas de estos ancianos, ni siquiera se paran a evaluar los motivos por los que Michael Douglas va a casarse, y mucho menos, por los que la jovencita quiere casarse con él. Es fácil acordarse de una de las mejores comedias que se estrenaron el año pasado, Si de verdad quieres... y ver como en ella se trataban sin complejas los problemas sexuales de una pareja de ancianos, despojándola de cualquier tipo de tabú. Aquí no ocurre eso, todo se siente liviano y ligero. Agradable, sí, pero completamente insulso. Plan en Las Vegas ofrece dos horas de evasión y diversión a costa de cuatro grandes actores que están rodando en Las Vegas, tomándoselo como si fuera una gran juerga y que son capaces de contagiar esa diversión al espectador, pero más allá de eso, no hay nada para que Plan en Las Vegas no se convierta en poco más que en una agradable película para ver en la sobremesa de un día caluroso. Un viaje de Resacón en la versión light del Imserso.