En un interesante artículo publicado en rtve.es nos hablan sobre los abusos sexuales infantiles y el drama que se encierra tras ellos. Al parecer, no existe un perfil determinado en las víctimas de estos abusos, sin embargo, sí se sabe que los abusadores buscan víctimas indefensas y muy vulnerables, por tanto, ese perfil lo cumplen perfectamente los niños. Muchos abusos sexuales en niños pequeños se cometen cuando los pequeños tienen entre 3 y 7 años, hasta un 58%, además lo sufren antes de los 3 años un 9%, de los 7 a los 11 años afecta a un 24%, de los 11 a los 13 años un 5% y a partir de los 13 años un 4%, como podemos comprobar el rango de edad de mayor riesgo en los abusos infantiles es el comprendido entre los 3 y los 7 años de edad.
Estos datos han sido facilitados por una encuesta realizada en Forogam, un foro privado en el que han participado 160 personas que han sufrido abusos sexuales en la infancia. El artículo del escritor Joan Montané en Forogam es interesante, nos muestra unas estadísticas en cuanto a rango de edad, género y frecuencia. En lo que respecta a la frecuencia de los abusos sufridos, la encuesta obtuvo 117 respuestas.
Un 29% sufrían abuso casi a diario, un 19% algunas veces al mes, un 4% en algunas ocasiones (pocas veces) y un 48% no lo recuerdan, en este último dato sería interesante recordar que existe un mecanismo de defensa del organismo que parece borrar los datos de los recuerdos traumáticos. Con respecto al perfil de los abusadores, en la publicación se indica que en los abusos sexuales infantiles intrafamiliares, existen algunos condicionantes a tener en cuenta, además del agravante emocional (unión entre víctima y agresor), la proximidad propicia que los abusos se cometan con mayor frecuencia e impunidad.
Con respecto al tiempo que se sufrieron los abusos sexuales, 118 personas contestaron y los datos obtenidos son escalofriantes, un 27% sufrió abusos sexuales durante más de 8 años, un 21% declaró haberlos sufrido entre 1 y 4 años, menos de un año un 17% y finalmente, un 20% no recuerdan el tiempo que duraron. Joan Montané no comparte las estadísticas que se dan a conocer a través de otros canales y por ello quiso elaborar sus propias estadísticas, como dice el escritor, quizá sean más modestas en cuanto a número de participantes, pero opina que son mucho más fiables.
Parece ser que en lo que respecta a género, una buena parte de las víctimas de los abusos sexuales son niñas, pero no existe una gran desproporción de género. Al parecer, los varones son más vergonzosos para denunciar este tipo de vejaciones y por ello se conocen menos casos. En el artículo de rtve.es nos indican que hay que olvidar que este tipo de situaciones son exclusivas de las familias desestructuradas, en realidad se producen en todos los segmentos sociales.
Los abusos sexuales en niños marcan de por vida, es un acto agresivo y perverso que afecta a todas las áreas de la personalidad, según comenta Victoria Noguerol, psicóloga especializada en estos temas. La experta indica que las consecuencias son variadas, en el ámbito sexual adulto, haber sufrido abusos sexuales infantiles puede provocar vivir una sexualidad inhibida y reprimida, o por el contrario, una conducta sexual compulsiva que deriva en promiscuidad e incluso prostitución. Otros problemas a destacar son los que afectan al nivel cognitivo y emocional, se produce estrés postraumático, dificultad para relacionarse, trastornos disociativos de identidad, síndrome de fatiga crónica, etc.
Según la experta, es necesario superarlo y para ello lo mejor es desvelarlo y reconocerlo, el silencio incrementa los problemas mencionados. Sobre este tema hay mucho que hablar, pero centramos nuestra atención en los abusos sexuales en la infancia, los niños sufren en silencio en muchas ocasiones, no hablar permite a los abusadores que campen a sus anchas, quizá sería interesante ofrecer a los niños charlas sobre este tema en los colegios con el propósito de poder descubrir posibles casos de abuso y atajarlos. Las medidas actuales de protección para el menor siguen siendo insuficientes por la cantidad de dificultades existentes, una de ellas es el silencio infantil.
Foto | Steeligth