Una investigación realizada por expertos de la Universidad de Adelaida (Australia) concluye que los suplementos de ácidos grasos Omega 3 se asocian a una reducción del 15% en la tasa de nacimientos prematuros, por lo que además de mejorar la salud de los bebés, supone un importante ahorro económico para el sistema hospitalario.
Dado que el coste de los suplementos a base de aceite de pescado (ácidos grasos Omega 3) es relativamente económico, merece la pena que se incluyan durante el embarazo, por ello los expertos consideran que es interesante informar a las futuras madres sobre los beneficios que ello conlleva y poner en marcha programas en los que se integre en forma de recomendación este suplemento.
En la investigación se analizaron a 2.399 mujeres embarazadas de un solo bebé con menos de 20 semanas de gestación, se dividieron en dos grupos asignado a las mujeres del primer grupo, elegidas al azar, un suplemento de cápsulas de aceite de pescado rico en ácidos grasos Omega 3 (800 miligramos), al segundo grupo de mujeres se les proporcionó un placebo compuesto por un aceite vegetal que no contenía ácidos grasos Omega 3. Ambos grupos tomaron el suplemento hasta finalizar el embarazo.
Los resultados muestran que en el grupo de mujeres que tomaron el suplemento de ácidos grasos el número de nacimientos prematuros se redujo en un 15% en comparación con el grupo que recibió el placebo. Además se apunta que gracias a este suplemento se proporcionaba un 50% adicional de posibilidades de evitar un parto prematuro. En el análisis econométrico realizado se constató que estos suplementos podrían reducir los costes hospitalarios del sistema sanitario en un promedio de entre 11 y 37 millones de dólares anuales.
Los investigadores explican que sólo participaron mujeres que acudieron al sistema público de salud, por lo que sería interesante poder contar con datos obtenidos a través del sistema privado. También explican que no existe un consenso general en el que se determine que estos suplementos mejoran los resultados del embarazo y el parto, tampoco hay acuerdo a la hora de determinar cuál es la dosis óptima que se debe proporcionar a las futuras mamás. Los resultados obtenidos podrían mejorar si se ajustará la dosis que se debe brindar a las mujeres embarazadas, lo que sugiere que será necesario desarrollar nuevas investigaciones que permitan establecer un consenso y ajustar la dosis óptima.
Los investigadores consideran que la inversión para incluir los suplementos de ácidos grasos Omega 3 en los programas y subsidios que brindan los gobiernos, compensa con creces los costes derivados de la atención hospitalaria por un parto prematuro. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica NCBI.
Foto | Charlie Davidson
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Los ácidos grasos Omega 3 reducen el riesgo de tener un bebé prematuro