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Los agujeros negros, aún más poderosos de lo que se creía

Por Marathon

Los agujeros negros, aún más poderosos de lo que se creía

Imagen infrarroja del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA muestra la galaxia anfitriona NGC 7793. Créditos: NASA / JPL-Caltech / R. Kennicutt (Universidad de Arizona) / Equipo SINGS
En un nuevo trabajo de investigación un sistema galáctico de muñecas rusas, ha revelado una nueva visión de la energía de un agujero negro. El estudio muestra que estos objetos sumamente densos tienen efectos más intensos en su entorno que los que los expertos calcularon en un comienzo.
Mediante el uso de un telescopio que pertenece a la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization (CSIRO), investigadores de la Universidad de Estrasburgo en Francia han identificado un microcuásar dentro de una extraña estructura galáctica.
La formación se compone básicamente de una galaxia enana incrustada en otra mucho más grande. Dentro de este sistema, los investigadores lograron identificar un pequeño agujero negro, que sólo tiene la masa de una estrella promedio.
A pesar de su pequeño tamaño, el objeto parece ser capaz de lanzar chorros en frecuencias de radio de partículas elementales hacia el espacio. El diminuto cuásar se llama S26, y se puede encontrar dentro de la galaxia NGC 7793.
Esta formación se encuentra a unos 13 millones de años-luz de distancia de la Tierra, en la dirección de la constelación austral del Escultor, nos cuenta el equipo de investigación, dirigido por el astrónomo el Doctor Manfred Pakull.
El experto y su equipo realizaron investigaciones en este rincón del Universo. Este año, por ejemplo, utilizaron dos avanzados telescopios para tomar imágenes del agujero negro en longitudes de onda de rayos-X y ópticas.
Para el estudio óptico, utilizaron el telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO). Los datos de rayos-X corrieron a cargo del Telescopio espacial Chandra de la NASA.
Para este nuevo estudio, se utilizó el radiotelescopio compacto CSIRO cerca de Narrabri, Nueva Gales del Sur, en Australia. Los datos dibujaron un retrato de S26 en el que el agujero negro fue el análogo perfecto de los radiocuásares mucho más grande.
Aunque los astrónomos están presionados para encontrar una radiogalaxia o radiocuásar, los expertos dicen que estas estructuras realmente dominaron el universo miles de millones de años atrás, cuando las galaxias aparecieron.
"Medir la potencia de los chorros del agujero negro, y por tanto su efecto de calentamiento, es generalmente muy difícil", explica el profesor de la University College London y coautor del estudio, Roberto Soria.
"Con este objeto inusual, un "radiocuásar bonsai" en nuestro propio patio, tenemos una oportunidad única de estudiar las energías de los chorros", añade el experto, que estuvo encargado de desarrollar los estudios de radio.
Una de las principales conclusiones de este nuevo estudio es que sólo una décima parte de la energía liberada por un agujero negro se emplea en producir sus emisiones de radio, lo cual tiene consecuencias importantes para el funcionamiento de estos oscuros monstruos.
"Esto sugiere que en las grandes galaxias también los chorros son aproximadamente mil veces más potentes de lo que habíamos estimado únicamente a partir de su brillo en radio", explica el experto de Astronomía y Ciencias Espaciales del CSIRO el Doctor Tasso Tzioumis.
"Esto significa que los chorros del agujero negro pueden ser a la vez más potentes y más eficientes de lo que pensábamos, y que su efecto de calentamiento de las galaxias en las que viven puede ser incluso más fuerte", añade.
Los detalles de este nuevo trabajo de investigación aparecen en el 24 de Noviembre número de la afamada revista científica Nature.
Fuente original


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