Tienen mala baba, una boca retráctil que acojona, una velocidad que ríete tú de las gacelas, una cola que deja en pañales a los escorpiones, aparte de un amor sin límites hacia su progenitora. Sólo hay que preguntarle a la Tte. Ripley sobre los problemillas que les han causado estos bichitos tan “cariñosos”. Sin embargo, todos sabemos que tienen que tener su corazoncito. ¿Quién no se ha emocionado ante la imagen de más arriba?