Un estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Southampton (Reino Unido), tenía como objetivo evaluar la relación que existe entre los hábitos alimentarios en niños durante el primer año de vida y el desarrollo de alergia a los alimentos a los dos años de edad. Las conclusiones son interesantes y sugieren que la composición general de la dieta infantil podría ser un factor muy importante en el desarrollo de algún tipo de alergia alimentaria. Según los datos obtenidos, los alimentos frescos para bebés producen menos alergias, se entiende como alimentos frescos aquellos que son naturales, no contienen añadidos y no han sufrido ningún tipo de proceso industrial.
Los bebés que consumen más frutas y verduras frescas son menos propensos a desarrollar algún tipo de alergia alimentaria, a diferencia de los bebés que consumen alimentos procesados o congelados. Los investigadores indican que posiblemente la causa se deba a los diferentes antioxidantes, vitaminas, minerales y ácidos grasos que reciben los bebés en la alimentación, además de resultar beneficiosos para el desarrollo, también contribuyen a prevenir la aparición de alergias alimentarias. Teniendo en cuenta que hasta el 8% de los niños sufren algún tipo de estas alergias, será interesante ofrecer a los bebés alimentos lo más naturales y saludables posibles, al respecto recomendamos retomar la lectura del post Purés caseros mejor que purés industriales.
Para llegar a esta conclusión, en el estudio se analizaron los datos de la dieta diaria de 1.140 bebés durante el primer año de vida, 41 de ellos fueron diagnosticados con algún tipo de alergia alimentaria, los datos fueron comparados con los de un grupo de 82 bebés a los que no se les había diagnosticado ningún tipo de alergia a los alimentos. Cada dieta fue clasificada según el tipo de alimentación y combinación de alimentos que recibía cada bebé, en esta comparativa los datos mostraban que los bebés del segundo grupo (sin alergia) se alimentaban con una dieta rica en alimentos saludables, papillas caseras preparadas con frutas, verduras, carnes y pescados, este grupo de bebés apenas comió comidas preparadas u otros alimentos procesados.
Los investigadores apuntan que no es que este grupo de bebés no comieran alimentos preparados como los purés industriales, aclaran que este grupo de alimentos era minoritario y se proporcionaba a los bebés de forma ocasional. Para rizar el rizo, los investigadores añaden a sus conclusiones que no existen evidencias que determinen que evitando determinados alimentos, como por ejemplo el pescado o los huevos, se pueda prevenir la aparición de alergias alimentarias, lo que da a entender que se realizarán nuevos estudios siguiendo esta línea. De todos modos, es fácil entender que resulta mucho más saludable para los bebés recibir alimentos caseros recién preparados, con alimentos frescos y naturales.
Podéis conocer más detalles del estudio a través de este artículo publicado en la revista científica The Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Foto | Monkey Business
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Los alimentos frescos para bebés producen menos alergias