Sobre el problema de comerciantes ambulantes del Centro Histórico de Guadalajara, el nuevo gobierno de la ciudad no ha hecho hasta el momento otra cosa que reproducir errores del pasado, o sea, tratar de alejarlos de esa zona sin ofrecerles alternativas reales de desarrollo permanente, con seguridad, orden y un mínimo de servicios.
Por principio de cuentas, hemos de entender que el ambulantaje comercial no es problema privativo de Guadalajara, sino de otras grandes ciudades de México y del mundo, muchas de las cuales han encontrado desde hace años la manera de afrontarlo sin tantos sobresaltos como los que aquí se han registrado.
En otras metrópolis, donde los gobiernos privilegian el orden público y el desarrollo económico y social por encima de intereses políticos o gremiales, los ambulantes encuentran siempre los espacios necesarios para realizar su actividad de manera pacífica, ordenada y con la mayor seguridad.
De esta manera no sólo ellos resultan beneficiados sino también la sociedad en general, y desde luego la administración pública, que a cambio de rentas e impuestos bien controlados, brinda los servicios necesarios de transporte, seguridad, alumbrado, agua potable, salubridad, estacionamiento, etcétera.
Para lograr lo anterior no hay más problema que acondicionar dos o tres grandes terrenos baldíos, de los que abundan en las orillas de la ciudad, para ubicar ahí por secciones o rangos de actividad a todos los ambulantes que tienen y tendrán siempre el derecho de ejercer su actividad comercial.
Claro que para realizar un proyecto de esta naturaleza se requiere una verdadera vocación de servicio público.
javiermedinaloera.com
Artículo publicado por el diario La Crónica de Hoy Jalisco en su edición del viernes 11 de diciembre de 2015.