Revista Salud y Bienestar

Los antibióticos causan anginas de repetición

Por Blogdefarmacia.com

Los antibióticos causan anginas de repetición

Los antibióticos causan anginas de repetición

La mayor parte de las anginas o amigdalitis, según la medicina, son causadas por virus, y por tanto no tienen ningún tratamiento. Las defensas naturales harán su labor curativa en 3 ó 4 días. Menos frecuentes son las producidas por bacterias (por lo general Estreptococos).

Las amigdalitis bacterianas, empiezan bruscamente, tienen placas blancas o amarillentas, fiebre superior a 39’5º y ganglios hinchados debajo de la mandíbula. Sin antibióticos también se curan solas en menos de una semana. Con penicilina, dicen que se curan más rápido y que se ahorran 3 o 4 días de malestares. Pero suelen haber frecuentes recaídas.

Si un niño sufre anginas tras anginas, quedándose inapetente y desmejorado, la culpa la tiene el antibiótico. Esto se debe a que la penicilina mata a los estreptococos, pero impide la formación de anticuerpos naturales que le mantendrían protegido el resto del invierno. Se sostiene que la amigdalitis ayuda a los riñones, hígado, pulmones y piel, a limpiar un organismo cansado e intoxicado.

La medicación cansa e intoxica más al enfermo. La crisis de desintoxicación se interrumpe, mientras se recupera de la agresión. Pero en cuanto tenga la oportunidad, el instinto de conservación volverá a provocar la supuración a través de las amígdalas, que tanto necesita para su recuperación definitiva.

El motivo por lo que se recomienda antibióticos en las amigdalitis estreptocócicas, es evitar los peligros de la Fiebre Reumática (lesiones irreversibles en corazón y riñones). Se recomienda tomar penicilina desde las primeras 48 a 72 horas, regularmente cada 8 horas, durante 10 días, aunque hayan desaparecido los síntomas. Esta Fiebre Reumática a la que tanto se ha temido, se ha visto que no es una amenaza real. Y que los peligros del consumo de penicilina son mucho mayores: recaídas, diarrea, erupciones en la piel y raras veces shock anafiláctico.

La extirpación de amígdalas y vegetaciones supone un trauma emocional para el niño, puede producir la muerte, y produce la pérdida de un órgano defensivo importante. Éstas defensas recaerán en los tejidos próximos, pudiendo dar faringitis y laringitis crónicas, bronquitis asmáticas o incluso aumentar el riesgo de tumoraciones en ganglios linfáticos.

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