Revista Regiones del Mundo

Los Antiguos: buscando las huellas del pasado

Por Elainn

Llegué de vuelta a Argentina después de 18 días en Chile. Recién comenzaba a hablarse de la posibilidad de que el coronavirus llegara a Latinoamérica desde China. Apenas pisé la terminal de Los Antiguos compré el pasaje en bus a Comodoro Rivadavia donde se halla el aeropuerto más cercano. Fui desde la terminal al alojamiento que había reservado por internet en Hospedaje El Disco. Sabía que era un lugar humilde, pero en serio no esperaba lo que me encontré.

Cuando llegué no había nadie esperándome y tuve suerte de poder mandar un mensaje de whatsapp para avisar que ya estaba en la puerta. Vino una chica muy amable y me llevó al lugar. Se trataba de un pequeño edificio de una planta en medio de una especie de patio/estacionamiento con dos pitbulls encadenados. No había nadie más hospedado ahí y los dueños tampoco residían en el lugar (olvídense del desayuno o cualquier otro servicio). Me llevó a la habitación. Un poco oscura, pero eso era lo de menos. El baño era un asco. La chica me dijo que se había equivocado de habitación y me llevó a la de al lado. Lo primero que hice fue ir al baño. La luz no funcionaba y también estaba sucio, como si no hubiera ido nadie en bastante tiempo. Sí, muy de película de terror. La chica limpió todo y cambió la lámpara del baño, pero ya el daño estaba hecho. La puerta de la pieza no cerraba bien y el hecho de estar sola (ni dueño ni nadie) no ayudaba. Me dio miedo. La habitación en sí, más allá de ser bastante oscura, tenía una cama cucheta y otra individual, televisor, wifi y baño privado. Tal vez si van en grupo sea una opción, pero no lo recomiendo para mujeres solas.

Los Antiguos: buscando las huellas del pasado

Yo quería descansar una vez en Los Antiguos, pero no pude. Salí. Pasé por la oficina de turismo y comí una hamburguesa en Le Petit. Organicé una excursión para el día siguiente y busqué si había otro alojamiento con lugar que no fuera mucho más caro. Quería mudarme. El hospedaje donde estaba era barato pero prefería pagar un poco más y estar tranquila. Al final me contacté con el dueño de los apartamentos Lau-Fer. No tenían ninguna cabaña libre pero me consiguió un departamento enfrente de su establecimiento a muy buen precio, lo vi y quedé en mudarme al otro día antes de salir al tour. Más tarde subí al mirador más cercano y compré algunas facturas en Le Petit (también es panadería) que se convirtieron en mi cena.

Creí que no iba a poder dormir pero lo hice.

Los Antiguos: buscando las huellas del pasado

A las 7:15 me mudé al departamento. Dejé mis cosas y salí a la terminal. El monoambiente tenía tres camas, una gran mesa de comedor y televisor de pantalla plana, cocina con heladera y, por supuesto, baño y wifi. Todo impecable. El único defecto era la luz que de noche entraba de la calle.

A las 8hs tomé el bus de Chaltén Travel a Perito Moreno (el micro termina en Bariloche) porque la excursión de Zoyen partía desde ahí. La empresa Zoyen tiene sede en Perito Moreno, una ciudad cercana a Los Antiguos (no confundir con el glaciar Perito Moreno que queda al sur de la provincia). Tal vez para moverse sea más práctico ir a Perito Moreno, no sé. Yo preferí hospedarme en Los Antiguos y no me arrepiento. Aunque no salimos puntuales a las 9 ya estaba en la terminal de Perito con otra chica que iba a participar del tour como aprendiz de guía. Nos pasaron a buscar y nos encontramos con el resto del grupo. Los demás habían contratado un paquete de varios días con la agencia en una propuesta bastante interesante que empieza en Comodoro Rivadavia y visita los atractivos más importantes de la zona (incluyedo Santa Cruz y Chile).

Los Antiguos: buscando las huellas del pasado

Finalmente salimos en tres camionetas 4×4 al Alero Charcamata. La verdad es que no sabía qué esperar porque no era un tour que tuviera planeado hacer de antemano. Fue una experiencia única y uno de mis mejores recuerdos del viaje.

Empezamos ingresando al Parque Patagonia por la Posta de los Toldos y luego internándonos en terrenos privados (sola la agencia Zoyen tiene autorización). Caminos de cornisas y paisajes espectaculares. Estiramos las piernas cerca de un puesto de estancia (esa gente sí que está aislada) y seguimos hasta la entrada al primer cañadón. Comenzamos a caminar comiendo calafates silvestres que crecían en el camino.

Nos detuvimos a almorzar en una pequeña cueva en la que había algunas pinturas rupestres y que durante miles de años había servido para resguardar a los viajeros. Devoramos las viandas de tortilla de acelga + una banana y seguimos caminando. Nos adentramos en el cañadón Charcamata bordeando el río Pinturas que en ese lugar no era más que un hilo de agua. Ojalá hubiera podido encapsular tanta belleza.

Por fin arribamos al alero y era impresionante. No sólo el tamaño del alero te dejaba boquiabierto sino la cantidad de pinturas rupestres. Decenas y decenas. Ahí el guía nos contó que en la zona hay unos 80 sitios con pinturas rupestres: manos y representaciones de caza y animales. Quedé realmente impactada por el lugar. Es realmente místico. Tiene una energía muy fuerte. Acá pueden ver un video sobre el lugar: “En el camino”.

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Volvimos (comimos más calafate) y otra vez en las camionetas nos atiborramos de cerezas, que en Los Antiguos (Capital Nacional de la Cereza) son gordas, bien oscuras y muy dulces.

Otra vez en Posta de los Toldos merendamos tortas fritas y vimos un video sobre Rewilding. Retornamos a Perito Moreno y a los dos que habíamos ido desde Los Antiguos nos dejaron de vuelta en nuestras casas. Fui al supermercado San Cristobal y, aprovechando que vendían comida hecha, compré lengua a la vinagreta y ensalada rusa + una milanesa para el otro día.

Comí, me duché y me acosté feliz.

Yo quería realizar dos excursiones más en Los Antiguos. Una a la Cueva de las Manos (razón fundamental por la que había ido allí) y otra al arco del Lago Posadas, un sitio que no podía creer que existiera en el país. Tours a la Cueva eran relativamente fáciles de conseguir, al arco parecía una tarea imposible. En esta instancia me salvó Fernando, el dueño de los apartamentos que me organizó un recorrido por los dos sitios en un solo día (¡una locura!). Le agradezco inmensamente que me ayudara a cumplir mi sueño.

Salimos a las 7:15 hacia la ruta escénica 41 (de ripio) que es paralela a la 40. Es una ruta que bordea la frontera con Chile y pasa muy cerca de Cochrane. Paramos una hora después en el Puente sobre el Río Zeballos (km47) a sacar fotos. El paisaje a medida que avanzamos se volvía más espectacular. Nos alcanzó el verde del Cerro Zeballos. Cruzamos el arroyo Lincoln, vimos el Cerro Boleadora a contraluz, una cascada de deshielo y el cerro Colorado con forma de colmillo. Paramos nuevamente en el Paso Roballos, un sitio que me quitó el aliento.

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Nos desviamos por un camino tempestuoso a Suyai que nos permitió admirar desde la altura la península del Lago Pueyrredón y el estrecho punto que separa los lagos Pueyrredón (de color azul) y Posadas (de color verde). Bajamos. Cruzamos parte de la península azotada por las olas del lago y seguimos hasta el arco del Lago Posadas. Llegamos al fin y nos deslumbró con su imagen de postal.

Continuamos hasta Villa Lago Posadas, un pueblito sin transporte público y a 70kms por ripio de la ruta 40 (más aislado, imposible). Lago Posadas está a la altura del cerro San Lorenzo y del glaciar Calluqueo. Comimos las viandas que habíamos llevado en la plaza principal y pasamos al baño en la oficina de turismo. Partimos de vuelta.

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Tras una hora de ripio llegamos a la ruta 40, localidad de Bajo Caracoles. Desde allí todo era asfalto. Emprendimos viaje hacia el norte, hacia la Cueva de las Manos. Llegamos allá a las 15hs y por suerte conseguí turno para sumarme al siguiente grupo que salía. Es posible recorrer el cañadón Bajo Caracoles que está cerca, pero íbamos justos de tiempo así que no lo hicimos. Vi el cañadón desde la altura.

En el camino a la Cueva de las Manos nos encontramos con un par de cóndores que estaban esperando comer los restos de un guanaco. ¡Qué ave magnífica!

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La Cueva de las Manos muestra tres periodos de pinturas rupestres que empiezan hace 9.300 años con escenas de cacería y terminan con dibujos abstractos que nadie sabe a ciencia cierta qué significan. La cueva en sí es gigante, pero no se puede entrar ya que está enrejada. Uno camina por una pasarela rodeando las pinturas. Y hay muchas. Es muy interesante y está muy bien conservado.

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Desde ahí fuimos a Tierra de Colores para realizar el sendero. El lugar es hermoso. Sinceramente nunca vi colores así en las rocas, parece pintado.

Emprendimos el regreso. Llegamos a las 20hs a Los Antiguos, agotados. Cené las sobras del día anterior. Había realizado los dos tours en uno. Si van en auto, no pueden perdérselo.

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Al otro día decidí quedarme en Los Antiguos y conocer todo lo que pudiera del lugar. Hay muchas chacras para visitar y todas tienen productos riquísimos. Me levanté más tarde y fui a la chacra “Las mamis” que era la que me quedaba más cerca (igual muchas están en el centro del pueblo) y tiene una fábrica de chocolate artesanal. Lamentablemente estaba cerrrada así que no pude probar nada. Seguí hasta el mirador del Lago Buenos Aires. Este es el nombre del mismo lago que en Chile se llama General Carrera. Sí, mi amado lago tan inmenso como un mar. Me senté un buen rato en la playa y mojé mis pies en sus aguas heladas. Estuve ahí largo tiempo.

Luego caminé por la costanera hasta la calle 11 de Julio. Pasé por la chacra “El buen Sanmaritano” donde probé dulces y licores. Al final compré solamente un vinagre de cereza porque me pareció una novedad. Me hubiera traído todo!!!!Después me enteré que desde allí organizan cabalgatas (0297-154940481). Ya tenía hambre así que entré a Viva el viento para almorzar. Me decidí por unos sorrentinos de cordero muy ricos. Restaurant recomendado por precio y calidad (especialmente si quieren algo típico de la zona).

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Volví al departamento y a las 16hs fui a la visita guiada de la chacra Don Neno ($100) . Fue una experiencia muy interesante. Recorrimos plantaciones de tomate, manzana, peras, frutillas… ¡Tenían maizales! Vimos los árboles de los tres tipos de cerezas (sin frutas porque ya había pasado el tiempo de cosecha), plantas aromáticas, ajo… Me encantó. Compré un chutney de cereza. Las mermeladas salían calentitas a los anaqueles. Si quieren pueden hacer un pedido a través de su página. Puedo asegurarles que todo era orgánico, sin pesticidas.

Salí, crucé el río Los Antiguos y caminé bastante hasta la chacra “La Querencia”, cuya visita me habían sugerido en la oficina de Turismo (su visita guiada incluía una merienda). Pero se nota que se equivocaron porque cuando llegué estaba cerrada y me explicaron que ese día no atendían al público. ¡Había andado unos 3 kilómetros para que me dijeran que tenía que volverme!!!! ¡Una bronca!!! Además al estar al lado del río Jeinimeni (límite fronterizo con Chile) mi celular creía que me había ido del país y no me daba acceso a los datos. Emprendí el regreso puteando a los de la oficina de turismo por no decirme que la chacra abría solamente de jueves a lunes (de 9:30-12/ 14:30-19:30hs). Era miércoles. Muy arbitrario todo.

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Originalmente había pensado en cenar en una granja de truchas en Refugio Las Rocas, pero al volverme antes era demasiado temprano para cenar. Vi un poco el lugar desde afuera, pero nada más. Tampoco me convenció. o se compara con la granja de truchas que conocí en Malargüe, Mendoza.

Aproveché a comprar souvenirs en la avenida principal y abastecerme de chocolates en Viel Glück!. No sabía si ir a comer trucha al restaurant adonde había ido al mediodía. Al final compré pollo al disco para llevar en El rastro del Choique. Muy gustoso. El lugar es chico pero también se puede comer ahí.

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Se acababan mis vacaciones. Al día siguiente visité el Museo de los Antiguos Pobladores (fascinante la información sobre la erupción del Hudson y cómo Los Antiguos terminó cubierto de ceniza; era como leer un relato de ciencia ficción).

A las 13:30 tomé el bus La Unión a Comodoro Rivadavia. En principio el pasaje debería poder sacarse por internet, pero las dos veces que lo intenté la plataforma me lo anuló. Fuimos casi vacíos hasta Caleta Olivia. A las 14:25 paramos en Perito Moreno. Partimos a las 14:40 hacia el centro de la provincia. A las 16:50 entramos en la terminal de Las Heras, una ciudad petrolera en medio de la estepa (no muy linda que digamos). El único paisaje eran los cigüeñales. Nos quedamos diez minutos y volvimos a salir. 18:05 Pico Truncado, parada de cinco minutos. Caleta Olivia. Mucho tránsito al pasar de provincia a causa de los retenes de gendarmería. Finalmente el bus llegó a las 20:30hs. Siete horas de viaje para llegar al aeropuerto más cercano. El otro aeropuerto está a diez horas de Los Antiguos, en El Calafate.

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Me instalé en el hospedaje 25 de Mayo ubicado a dos cuadras de la terminal. El sitio está bien para una noche. Tenía una habitación con baño privado, televisor con cable, ducha caliente, wifi, armario. No incluía desayuno, pero uno podía usar la cocina. No sé por qué no me convenció, quizás porque perdí mi gorra ahí o porque sólo vi huéspedes masculinos. Igual sirvió a mis propósitos.

Fui a cenar a Junior B, no encontré otro sitio cerca del hotel que no fuera un pub. Pedí pollo al verdeo con papas (un plato que me encanta). Teniendo en cuenta que era bastante insípido, me pareció caro ($600). ¿Cómo es posible que Comodoro Rivadavia sea más costoso que Los Antiguos?

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¿Qué hice en Comodoro además de perder mi gorra en el hotel? Desayuné y dejé mi habitación a las 10 de la mañana. Visité el museo Ferroportuario (pequeño, pero se puede subir a un antiguo vagón) y me senté un rato en la playa frente al mar. Había pasado del Pacífico al Atlántico. Luego caminé por el centro. Almorcé un chorizo (autoregalo de San Valentín) en el patio de comidas La Anónima, lo único más “económico” de la ciudad. Tenía ganas de comer pescado, pero estuve mirando los precios y eran siderales. Tampoco hay muchos restaurantes que lo sirvan: Cayo Coco del Mar y Puerto Cangrejo, ambos en avenida costanera.

Hay alguna cosa más para conocer, pero preferí salir con tiempo al aeropuerto. Había contratado un remise a través del hospedaje que me cobró $500 y me dejó en la puerta (el colectivo no entra al aeropuerto). El vuelo, perfecto. Horas después estaba de vuelta en casa. No sabía que ese sería el último viaje que tendría en meses y meses.

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¿Qué más se puede hacer en Comodoro Rivadavia? Subir en taxi o remise al Cerro Chenque que domina la vista de la ciudad con sus 212 mts (parece una pirámide; se formó con materiales sedimentarios intercalados con bancos de ostreras milenarias). Se puede volver caminando y pasar por el Museo del Petróleo en el km 3 (es posible ir al museo con cualquier colectivo, hay que bajar en La Anónima, entrada $120) y el Chalet Huergo (abre de 14-21hs). Igual en lo personal espero no volver a Comodoro Rivadavia.

Pendientes: posibilidad de visitar los miradores y otras chacras turísticas en Los Antiguos.

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DATOS:

  • Apartamentos Lau-Fer: [email protected] Tel: 0297-156233648/ 4164670. Fitz Roy nº 360.
  • Otro alojamiento que me recomendaron es “Hospedaje doña Juanita“. Fui a preguntarle el precio, pero me pareció caro por una habitación. Se encuentra arriba de un almacén. Otro hostel que cuenta con baño privado es Hostel Los Amigos, pero queda un poco más lejos de la terminal. [email protected] 0297-155378185
  • Hay varios campings en Los Antiguos. El Municipal también tiene cabañas y dormis.
  • El Parque Patagonia empezó como una iniciativa privada. Tiene un sector en Chile y uno en Argentina.
  • Parque Patagonia. Senderos del Portal Cañadón Pinturas: Sendero Bajada de Los Toldos (cruce del río Pinturas hacia Cueva de las Manos) 2,6 kms ida y vuelta, Sendero La Guanaca (ascenso al cerro Amarillo) 3,8kms ida y vuelta, Sendero Koi (ascenso a Meseta Sumich por huella de animales) 4,8kms ida y vuelta, Tierra de Colores 4,8kms ida y vuelta.
  • Dentro del Parque Patagonia hay otro portal llamado La Ascensión. La Ascensión era una estancia fundada en 1913. Hay senderos y se puede conocer el casco histórico. Podría haber ido, supongo, ya que los buses a Perito Moreno dejan en la entrada, pero la verdad es que mucho no me interesaba. También hay tours.
  • En el Refugio La Posta de los Toldos es posible pasar la noche. Hacen actividades bajo las estrellas.
  • Una agencia de turismo en Los Antiguos es Chelenco Tours.
  • La entrada a la Cueva de las Manos cuesta $200 para residentes argentinos.
Los Antiguos: buscando las huellas del pasado
  • Otras chacras de Los Antiguos: Don Valentín (dulces y tortas fritas), La Laguna, La Escondida (tejidos artesanales), Carozo (pasas de cerezas), La Nueva Shepetovka (bar lácteo y exposición de piedras semipreciosas), Chauin, Macá Tobiano (granja orgánica educativa), El Mangrullo, Los Álamos, La Esperanza, La Rivera, Aylín, Los Lupinos (helado artesanal y artesanías), La Porfía.
  • Miradores de Los Antiguos: Mirador Uendeunk (a 0,9km de la oficina de turismo), del Valle (3,25km), del Lago (2,3km), Río Jeinimeni (2,8km), Río Los Antiguos (3,55km).
  • Senderismo: circuito de la Reserva (2,5 km), de Rivera corto (0,8km), de Rivera Largo (2,7km), Cross County (2,5km).
  • Si recorren la ruta 41 en auto, pueden descargar la audioguía vehicular.
  • Los colectivos en Comodoro Rivadavia funcionan con la tarjeta SUBE. Aunque al final no lo hice, es posible ir hasta el aeropuerto en bus ($25). La línea es Palazzo Standart y tiene una frecuencia de 1 cada hora. Tarda unos treinta minutos. La razón por la que no fui en el bus fue porque en la oficina de turismo (que se encuentra en la terminal) no supieron decirme ni dónde estaba la parada ni en qué horario pasaba. No podía arriesgarme a llegar tarde al aeropuerto. Pueden preguntar en [email protected]
  • Desde Comodoro Rivadavia se puede ir a Camarones & Cabo Dos Bahías (263km), Rada Tilly (15km), Sarmiento y bosque petrificado (154km), Puerto Deseado. Muchos recomiendan conocer la playa escondida de Bahía Bustamante.
  • Otros hospedajes económicos en Comodoro: Hotel del Mar, Hotel del Valle, hotel Encina.
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