Los barras, ninguna novedad

Cinco barras bravas, que se identificaron como hinchas de Boca, se hicieron presentes en el día de ayer en la concentración del equipo argentino en Pretoria; y pidieron hablar con alguien de la delegación nacional. Cinco minutos después salió el jefe de seguridad del seleccionado argentino, Pablo Fernández Toucido. Una versión dice que venían a buscar unos bolsos suyos que se habían mezclado al bajar del avión (casualmente eran de la misma marca que los oficiales, propios de los jugadores), mientras que otra indicaba que querían hablar sobre temas de estricta seguridad (léase: que pasaba con el tema de las banderas grandes en los estadios).

Esta visita se dio un día después de que el presidente de la AFA, Julio Grondona se mostrara indignado ante el hecho de que 22 barras viajasen junto a los jugadores en el mismo avión a Sudáfrica. Ya que, supuestamente, él no los vio, ni tuvo nunca un contacto con ellos. Por su parte, los tres dirigentes que integraban la delegación (Luis Segura, Noray Nakis y Juan Carlos Crespi) negaron vinculación alguna con los que estuvieron en el avión. Según declararon, nada podían hacer ellos, si el vuelo no era “charter”, para controlar quien subía y quien no. ¿No será que se contrató, justamente un vuelo común para que también viajen los 22 “simpatizantes”? Todo es muy raro.

Los barras no son una novedad, desde hace ya varios mundiales que “acompañan” a los distintos planteles. Sin embargo, es mejor desligarse y “lavarse las manos”, que tomar cartas en el asunto. Por lo pronto, la ONG Familiares Víctimas de la Violencia en el Fútbol Argentino (Favifa) demandó a Grondona, reclamando que se investigue la supuesta conexión de funcionarios del gobierno con la máxima autoridad del fútbol argentino, ya que algunos de lo que viajaron estarían relacionados con Guillermo Moreno, titular del INDEC. Así arrancó el mundial, veremos como sigue esta cuestión.