Fotografía de Nikita Pirogov
Entonces descubrí una bipolaridad
que, con el paso del tiempo, se acentuaría al extremo de dividir el paisaje
civil y mis sentimientos respecto a él en dos campos opuestos e inconciliables:
aversión irremediable a los monumentos y símbolos de una historia siempre
cínica y despiadada, a esos barrios adustos, conminatorios, oficiales, cuya
falsa grandeza y solemnidad disimulan el pecado original de su erección a costa
de humillaciones, sufrimiento, sangre; apego a las zonas de vida espontánea,
oscura, densa, proliferante en las que el acto creador implanta sus raíces y
con las que alimenta su savia.
Juan goytisolo en Coto Vedado (1985)