Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Haifa (Israel), los bebés que nacen en invierno comienzan a reptar y gatear antes que los bebés que nacen en verano, por lo que se concluye que la época del año en la que nace un niño condiciona su desarrollo motor durante el primer año de vida.
Según estos resultados, un bebé que nace entre el mes de diciembre y el mes de mayo empezará a gatear antes que un bebé que haya nacido entre los meses de junio y noviembre. Para llegar a esta conclusión, en la investigación se tomaron los datos de 47 bebés sanos con un patrón de desarrollo típico. Se dividieron en dos grupos, uno formado por 16 bebés nacidos en verano/otoño y otro formado por 31 bebés nacidos en invierno/primavera, el estudio realizó un seguimiento de los bebés para observar su desarrollo motor en sus hogares cuando cumplieron los 7 meses de edad.
Se realizó un seguimiento cuando reptaron y cuando gatearon y se pidió a los padres que registraran las etapas del desarrollo de los bebés antes de iniciar el estudio y durante su transcurso. Se utilizó la herramienta de evaluación AIMS (Alberta Infant Motor Scale), creada en Canadá en el año 1992 para dar respuesta a la necesidad de contar con una escala más precisa para medir diferentes parámetros del desarrollo motor.
La escala analiza cuatro posiciones: Prono, Supina, Sedestación y Bipedestación. Parece ser que las diferencias que se registraron son significativas, los bebés que nacieron en invierno comenzaron a reptar y gatear a las 30 semanas, mientras que los que nacieron en verano empezaron a las 35 semanas, se observaron diferencias entre sexos y estilo inicial, arrastrarse sobre el vientre o el uso de las manos y rodillas. En la posición Prono la diferencia era significativa, siendo la puntuación mayor para los bebés nacidos en el periodo invierno-primavera, en relación a otras posiciones las diferencias fueron poco significativas. Los resultados obtenidos refuerzan la hipótesis de que el comienzo del gateo guarda relación con la temporada en la que se inicia.
Empezar cuatro o cinco semanas antes representa un 14% de diferencia evolutiva a los 7 meses de edad, una diferencia significativa que refuerza las conclusiones y apunta a un efecto estacional de relevancia en el estudio. Claro, que sobre este tema ya se han realizado estudios en otros países y se han llegado a conclusiones similares, salvo el estudio que se realizó en Canadá, en este país con largos periodos invernales el condicionante era el ambiente del hogar, la calefacción se mantiene de forma similar durante todo el año y por ello no se observó el efecto estacional descrito.
En Israel los inviernos son cortos en comparación con el invierno de otros países del mundo, sin embargo, se aprecia claramente la diferencia del desarrollo motor dependiendo de la estación de nacimiento del bebé. Los expertos explican que influyen aspectos como las capas de ropa que lleva el bebé, el tiempo que pasan boca abajo, las horas de luz y actividad, etc. Consideran que conocer el efecto estacional es importante para los padres ya que pueden contribuir en el desarrollo motor de los bebés. Podéis conocer todos los detalles de este estudio a través del artículo publicado en la página de la Universidad de Haifa.
Foto | CarbonNYC
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Los bebés que nacen en invierno empiezan a reptar y gatear antes