Alucinada, pero alucinada, me he quedado con Victoria Beckham, ¡Tiene sentimientos! Bueno, tener se supone que los tiene, como todos los seres humanos, que mejores o peores, tener tenemos, pero de ahí a demostrarlos en público, va un abismo.
Porque Viky "la archisupermegapija", va siempre por la vida, más tiesa que un chupa chups, tanto que parece se haya tragado un palo y que en su cara es más difícil ver una sonrisa, que una vaca volando, así que cuando la vi llorando en público, tuve que frotarme los ojos unas cuantas veces, porque no sabía si era producto de mi imaginación o de unos vinillos, que me había tomado con unos amigos antes de comer.
El extraño fenómeno, ocurrió domingo, en Birmingham (Inglaterra), en la ceremonia de los Premios Lifetime Achievement Award de la BBC, donde David Beckham, fue distinguido con el Premio Deportista del Año, en una ceremonia muy emotiva, ya que todo fueron elogios para él y él los tuvo para los organizadores del evento, como es lo propio de estos casos, pero también tuvo palabras para su familia, que fue lo que hizo que Viky, se echara a llorar y a él mismo se le llenaron los ojos de lagrimas cuando, con su trofeo en las manos, se dirigió a ella y a su hijos, diciendo:
"Quiero agradecer a mi esposa, que no solo me ha dado tres hijos increíbles, que han sido todo mi apoyo y mi inspiración todos los días. Así que Victoria, Brooklyn, Romeo y Cruz - gracias”.
Y Viky, lloró, porque se emocionó, y por una vez no salió en la foto con cara de palo y la pose de "ay que me caigo p'atrás", demostrando que tiene corazoncito y a mí que le tengo una "tirria que no puedo con ella", me pareció hasta humana y por un momento he cayó hasta bien, pero solo por un momento, no vayamos a tener malentendidos.
El "evento" me recordó la frase esa que dice:
"Los ricos también lloran" y los Beckham no iban a ser menos...