La telemonitorización del paciente surge con el objetivo de acortar su estancia hospitalaria y evitar las rehospitalizaciones. Así, la telemonitorización se convierte en un valioso aliado al poder realizar el seguimiento del paciente en el domicilio y así evitar que el paciente acudiera de forma reiterada al hospital o centro médico.
La mayoría de los estudios realizados sobre la telemonitorización han demostrado que este objetivo se ha alcanzado de forma satisfactoria e incluso se ha llegado a optimizar la inversión que requiere la telemonitorización, es decir, el coste del programa de telemonitorización se recupera evitando costes de hospitalización.
Incluso diferentes estudios sobre la telemonitorización en pacientes crónicos añaden beneficios como la mejora de la calidad de vida del paciente con traslados innecesarios o la mejor adherencia del paciente crónico al tratamiento.
Entre los beneficios de la telemonitorización se debe añadir un elemento poco estudiado, el aumento del tiempo que el profesional sanitario pasa con cada paciente.
La telemonitorización puede aumentar este tiempo de forma significativa ya que el personal sanitario debe dedicar tiempo observando los datos enviados por la telemonitorización e interactuando con el paciente gracias a los modernos dispositivos de telemonitorización que permiten la videoconferencia.
La telemonitorización es ya una realidad en algunos mercados como el norteamericano en el que se calcula que hay tres millones de pacientes telemonitorizados y dos millones de americanos tienen en sus casas algún terminal de telemedicina que permite la telemonitorización de sus constantes vitales.
La más extendida es la telemonitorización del funcionamiento del corazón, lo cual hace de la enfermedad cardíaca la más telemonitorizada.
La existencia de dispositivos de telemedicina como TeleMedCare permite agrupar las mediciones de constantes vitales en varios sensores conectados, por ejemplo las balanzas, el glucómetro, el pulsímetro, etc.
Una necesidad en determinadas cronicidades o en colectivos como las personas mayores y dependiente que suelen necesitar un enfoque pluripatológico.
Revista Salud y Bienestar
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