Hay libros que dicen mucho sin decir casi nada. Es el caso de "Los libros no se gastan".
Treinta años después de haberse conocido, y diez después de haberse separado por cosas de la vida, Lucia y Eva se reencuentran convertidas en dos mujeres adultas que descubren que el tiempo no hace mella en la verdadera amistad cuando las personas son fieles a si mismas.
Reconozco que el hecho de que la autora fuera Raquel Martos (colaboradora de "El Hormiguero"), no me hacia mucha gracia (no tengo nada en contra de esta mujer, pero no le tengo especial simpatía a través de su trabajo en la tele), pero la recomendación por parte de una amiga que conoce mis gustos lectores me hizo dar el paso definitivo.
"Los besos no se gastan" es un libro sobre la amistad, la fuerza de las mujeres, y la lealtad.
Dicho así tal vez pueda parecer una historia "ñoña", "cursi" y demasiado "femenina" (no es así, pero si que creo que el sector masculino no lo entendería de la misma manera). Nada mas lejos de la realidad.
El extraño mundo de las niñas, adolescentes, jóvenes y adultas se refleja de una forma tan real que en muchos momentos no he podido evitar sonreírme al verme reflejada, véase las conversaciones de niñas de Lucia y Eva sobre su boda con dos hermanos gemelos para estar siempre juntas, los trapicheos adolescentes para que una de ellas averigüe que piensa el chico de turno de la otra, o los ratos recordando aventuras del pasado como si no se reconocieran en ellas.
Sin duda ese es el gran poder del libro, el reflejar ese sentimiento de amistad que se da en muy pocos casos, sobretodo entre mujeres, pero que es tan vibrante que es fácilmente reconocible. Cuando la otra persona deja de ser una amiga más para ser "esa" amiga.
Esta reseña es breve, más que de normal, pero el libro en si mismo es así, no tiene más y sin embargo es tan intenso que como muestra diré que las últimas diez páginas las leí entre lagrimones (que ya habían aparecido en varias páginas durante la lectura).
Dedico esta reseña a todas esas grandes amigas que se han cruzado en mi vida, y que han hecho lo que las hace diferentes al resto: quedarse en ella.
MIS FRAGMENTOS (Unos cuantos...para contrarrestar una reseña breve...)
"A veces cuando pierdo el tiempo en pensar estas chorradas, creo que estoy loca, pero, de ser así, nací loca ya, porque desde que recuerdo me han gustado más las historias que tengo en la cabeza que la vida real. A lo mejor por eso no he sido capaz de montarme una vida que me haga feliz, igual tengo esa discapacidad. Tal vez debería ser escritora, inventar otras vidas y dar la mía por pedida".
"¿Cómo se mantiene en pie nuestra vida cuando desaparece uno de los pilares que la sujetan? - Le pregunté a Luis una tarde [...]
-El proceso es simple, niña - me dijo - Repartimos el peso sobre el resto de los pilares y asi logramos mantenernos. Pero, en ocasiones, cuando sopla un viento fuerte, sentimos que la estructura se tambalea ligeramente y ese movimiento oscilante vuelve a hacer presente el ausente y te recuerda que debes agarraste fuerte para poder seguir tu camino sin él".
-¿Y si no hay ningún sitio?
-¿Cómo que no hay ningún sitio?
-Si no hubiera nada. Un amigo de mi hermano que es comunista y no va a misa ni nada dice que no hay vida después de la muerte, que nos morimos, nos comen los gusanos y ahí se acaba todo.
--Imposible. ¿Y los sentimientos? [...] Si, lo que sentimos, lo que pensamos, cada idea, todas esas cosas que nos e pueden tocar, lo que te hace reír, llorar... lo que sientes cuando te besan. ¿Tu crees que eso se lo pueden comer los gusanos?".
"Ella sostiene que el amor es una guerra en la que uno de los dos pierde, al menos , alguna de las batallas. Y que, cuado nos enamoramos de otro, nos convertimos en seres débiles y desprotegidos, dejamos que nos roben buena parte del amor que tenemos por nosotros mismos. Julia dice que cuando uno sufre por amor, no come, no duerme y no tiene ganas de divertirse, no tanto por tristeza o por ansiedad, sino porque ha dejado de quererse para amar a otro".
"Mi abuela decía siempre: "Que Dios no te dé todo lo que puedas soportar".
"-Joder con la mosca muerta.
-No te fíes del santo, el día que se cansa es lo peor".
"Me gusta mucho la gente, me enamoro casi a diario de alguien: de la señora que me atiende en la frutería, de la chica nueva que me recibe en la clínica de depilación láser, del taxista simpático que me da una conversación agradable. Las personas amables me ganan y las cariñosas me cautivan, aunque yo no siempre pueda serlo con ellas".
"Hay años que valen por una hora, porque sólo pasan cosas malas, o peor, porque no pasa nada. Y hay días que son como una vida entera porque pasa algo tan maravilloso que multiplica cada minuto por mil, porque los vives con tanta intensidad que te llenan por completo".
"Los seres humanos son expertos en crear momentos mágicos en las peores situaciones".
"Se nota en sus caras, tienen el sello de la felicidad que imprime el ocio y estar lejos de la realidad cotidiana. Siempre he pensado que viajar es una forma de escapar; estos turistas tienen la cara de satisfacción del que ha huido, aunque sepan que, en algún momento tendrán que volver".
"Es curioso que el ser humano necesite tantas referencias externas par sentirse alguien. Casi siempre tachamos de poco humildes a las personas que se pasan el día presumiendo de sus virtudes, pero en ocasiones, el origen de que hagan eso está en la falta de autoestima. Julia, nuestra profesora de instituto solía decir: "Si te pasa el día diciendo "yo soy, yo soy", es que no tienes a nadie que te diga: "Tú eres".