Revista Opinión

Los brindis son sanos

Publicado el 23 diciembre 2014 por Cronicasbarbaras

Ahora que llega la Navidad cristiana acaba el Hunakká judío de este año. Son grandes festividades que no suelen acercar tanto las fechas como en 2014, pero que siempre comparten el amor al vino que tienen prohibido los creyentes de otra religión monoteísta muy extendida, la mahometana. 

El antropólogo Marvin Harris explicaba por qué los judíos tienen prohibido comer cerdo: su cultura nace en zonas áridas, y los cerdos necesitan encharcarse constantemente; eran un pueblo nómada, y esos animales no viajan con facilidad; su leche es inservible para los niños, y son omnívoros, rivales de los humanos. 

El islam nació en lugares parecidos y copió muchas leyes judías. Pero rechazó el amor al fruto fermentado de la vid: en tiempos islámicos menos puritanos, los grandes poetas persas, sirios y turcos cantaban al vino, y sus versos se recitaban en plazas, bazares y harenes. Ahora los asesinarían. 

Si hubiera que fundar una nueva religión uno de sus primeros mandamientos debería ser amar el vino, como proclama el profesor Eric L. Mortensen, de la Universidad de Copenhague. 

Su investigación descubrió con 693 hombres y mujeres que sus bebedores tienen 18 puntos más de cociente intelectual medio que los consumidores de cerveza (113,2 frente a 95,2), y que son más equilibrados, felices, simpáticos y saludables que el resto de los mortales que ingieren cualquier otro líquido: Mahoma debería haberlo permitido. 

Bebido con moderación, especialmente el buen tinto, inhibe la producción del péptido endotelina-1, que provoca enfermedades cardíacas, según un descubrimiento publicado en Nature y aceptado ya universalmente. 

Es cierto que el alcohol, más bien el licor, provocó guerras, pero Hitler era abstemio y esos terribles asesinos, los islamistas, quieren erradicar los viñedos del planeta. 

Se nos recomienda, pues, brindar por una Feliz Navidad.

------

SALAS

Tira Salas 4959


Volver a la Portada de Logo Paperblog