El recuerdo del sevillano se guarda en tantos lugares de esta ciudad, que serían imposible hacer una recopilación de todos ellos. Pensemos que nuestros padres y abuelos crecieron en una Sevilla muy diferente de la actual, pues en la década de los 50 y los 60 la ciudad sufrió un ataque piquetero brutal que borraría de un plumazo gran parte del patrimonio urbanístico...
1958, estamos en el corazón de Sevilla, y como era costumbre las mañanas se comenzaban comprando tus ruedas de calentitos en el kiosco que se regentaba en la Calle Laraña...
El kiosco era regentado por una familia compuesta según apreciamos en la imagen, por un matrimonio joven y la madre de uno de los dos, es decir, ahí se trabajaba muy duro, y dado el número de churreros también tenía que ser constante...Por suerte tenemos otra fotografía, no sabemos si del mismo día que la anterior, donde con un encuadre mayor podemos observar muchos más detalles...
De primeras observamos eses vías del desaparecido tranvía que venía bajando desde la Calle Imagen, rodeada de esos hermosos adoquines de Gerena que como siempre decimos, son la verdadera piel de Sevilla enterrados hoy en día bajo el negro alquitrán...
En esta nueva fotografía tenemos a un barrendero realizando su trabajo de limpieza junto a su betusto carro de basuras, que dura era la vida en aquél entonces. Pero el detalle que sí vemos con mayor claridad lo tenemos al fondo de la imagen...
Es el desaparecido Colegio de Villasís, conocido también como el de los Jesuitas. Ya hemos hablado largo y tendido de este colegio en el Blog, donde si lo desean, utilizando el buscador que tienes el el margen superior derecho de la página podrán encontrar varios artículos...
Resumiendo, este colegio se conformaba por dos edificios anexos, el primero daba su entrada a la Calle Laraña, era el antiguo palacio de los Marqueses de Villasís. Fue reconnstruido en su interior para adaptarlo a colegio. Dentro disponía de dos grandes patios, uno de grandes galerías donde se solían celebran los actos mas importantes como pudiera ser el de graduación, y otro de albero donde jugaban al fútbol o al frontón...El anexo era la antigua capilla jesuita que estaba comunicada en su interior con el colegio. La puerta de esta iglesia daba a la Calle Orfila, y era donde los propios alumnos realizaban la comunión. El resto como sabemos es historia piquetera, pues a finales de los años 50 lo adquiere el Monte de Piedad, en 1966 lo convierte en cine hasta que en 1977 es totalmente demolido para posteriormente levantar en su solar la central provincial del Monte de Piedad. Hoy en día es un hotel y en un futuro dios dirá, porque nada de lo que se ha ido construyendo posteriormente es digno de ser conservado.