¿A que tenéis ropa de diferentes "ajustes" para cuando sufrís variaciones en vuestra talla? Sea una o dos tallas, lo que corresponde a un par de kilos de más o de menos, la verdad es que es frecuente que nos dé miedo tirar algunas prendas que nos sacan de apuro cuando nuestro cuerpo cambia ligeramente por algún motivo.
Por eso no me gusta tirar la ropa cuando creo que aún está bien, aunque en un determinado momento me quede un poco ancha o estrecha. Si me queda ancha, pienso... ¿y si cojo un par de kilitos más adelante? No me apetecerá entonces comprarme más ropa porque mi intención será recuperar el tallaje anterior. Y cuando unos pantalones te aprietan un poquillo... ¿no aspiras a volver a 'caber' dentro? :-))
La verdad es que un cuerpo saludable puede tener estas variaciones ligeras de peso sin que sean un problema. Un cambio importante de talla debería ser resultado de algún cambio razonable, bien por un embarazo, una dieta controlada... Es decir, que alterar el peso del cuerpo de manera rápida no es bueno. Dicho lo cual, ahora pasamos a la realidad... No siempre se consigue este equilibrio, ¿verdad?
Yo no creo en las dietas de adelgazamiento. Mi actividad como entrenadora de diversas disciplinas (especialmente del método Pilates) me hace estar en contacto con muchas alumnas que me plantean sus necesidades y siempre les digo lo mismo: una dieta de adelgazamiento no funciona (salvo casos especiales y con un control médico, en lo que no me meto). Lo que funciona, y especialmente cuantos más años tenemos, es activar el metabolismo haciendo actividad física, y adoptar buenos hábitos de alimentación para que los podamos mantener de por vida.
Tu peso y tu forma física dependerá en un 80% de esos hábitos, no del régimen que puedas hacer durante tres meses. Tiene más importancia el día a día del resto de tu vida. Así que mejor invertir en ese tipo de esfuerzos (identificar alimentos que tomas en exceso y equilibrar tu dieta).
Recientemente yo hice algunos cambios en mi alimentación (eliminar los lácteos, por encima de todo) y lo noté en el peso y en el volumen de mi cuerpo. Además cambié algunas de mis rutinas de actividad física y estos dos factores he hicieron perder 5Kg. Soy bastante alta, así que es una pérdida muy leve que apenas hace que cambie una talla de pantalón.
Al principio seguía usando la misma ropa de siempre (sintiendo que me quedaba más amplia y más cómoda), pero hay una prenda que no resiste los cambios de talla y de lo que hay que ser consciente para no ir hecha un adefesio: LOS VAQUEROS.
Hay jeans de tantas formas y patrones, que su forma de adaptarse a tu cuerpo es única. Se nota mucho cuando un pantalón vaquero te sienta mal, no se adapta a tu tipo o no encaja con tu fisionomía. Creo que como son prendas tan duraderas y que combinan con todo, si te gustan, es mejor cuidar estos detalles para que te sienten bien.
En un cambio de talla, si es para menos, conviene apartar los vaqueros que te quedan fachosos. Ahora tenemos la suerte de que con el famoso estilo 'boyfriend' muchos de estos pantalones que nos han quedado grandes, tienen salida. Yo lo he hecho con alguno: unos jeans-pirata que tenía del verano pasado ahora son mis jeans estilo 'boyfriend'... Y tan contenta.
Cuando el cambio es de volumen, te puede pasar que la cintura quede ancha, cuando el resto del cuerpo sigue 'entrando' perfectamente. En estos casos yo los llevo a arreglar. Me gusta que la cintura del pantalón quede en su sitio y no se vea el hueco por la espalda. La alternativa de ir embutida en unos vaqueros estrechos no me convence, odio sentir los muslos oprimidos como mortadelas. Eso sí, solo los arreglo cuando el cambio de volumen intuyo que será algo duradero (los buenos arreglos, especialmente en los vaqueros, suelen ser caros).
Hay formatos realmente complicados: los pitillo, por ejemplo, que para que queden bien deben ser 100% de tu talla actual. Por eso yo optaría por no comprar muchos de este modelo: compra uno que te siente perfectamente y sácale partido. No pretendas que te dure toda la vida, disfrútalo y veremos a ver qué nos trae el futuro.
Los cortes más clásicos y atemporales sí tienen más adaptación, y si el cambio de talla no es muy grande, puedes modificar ligeramente el modo de llevarlos para que te sigan sirviendo. Si te quedan algo apretados, usa camisetas largas por encima para no marcar mucho la zona de la tripa y culo. Si te quedan amplios, usa cinturón.
¡¡Y vigila mucho el largo!! Uno de los efectos colaterales de un cambio de talla es que el pantalón parece "crecer" o "acortarse". Para estos casos es una delicia poder usar vaqueros con posibilidad de darles una vuelta al bajo. Te evitas tener que cortarlos y que te rehagan la costura (si te gustan impecables), y los puedes usar con diferentes calzados.
Hay formatos de pantalón que todas sabemos que no nos van. Yo, por ejemplo, apenas puedo llevar los de cintura baja. Eso de sentir "la lorza" por encima del botón, y que cada vez que te agachas parece que vas a enseñar todo por detrás... no va conmigo. Creo que es mejor saberlo y evitar desastres. Al fin y al cabo, hay miles de estilos para encontrar uno que se adapte bien.
Con pequeños truquitos también logras reforzar tu punto fuerte y disimular lo menos positivo: si usas unos jeans sin gastar, de color oscuro, el efecto es más estilizado y formal, que si usas unos lavados y de color claro. Los tacones también ayudan en estos casos. Estilizan.Y si tienes ocasión, cuando creas que cambiaste de talla para bien, te sientes a gusto y no quieres volver a usar la ropa anterior... llévatela lejos y apuesta por tener en el armario solo prendas que te están bien, que son 100% aprovechables para el presente, e intenta que en una caja queden aquellas prendas de otra época y condición (al trastero, a casa de tus padres o debajo de la cama).