Los cánones de belleza son un tema lleno de controversia, que afectan de manera directa o indirecta a la vida de las personas.
Han habido tantos cánones como años en el mundo, tantos conceptos de entender lo bello, lo estéticamente agradable que con el tiempo se han acabado difuminando en una fina cortina de humo.
En cada época siempre ha existido un cuerpo ganador, algo que es más apetecible que el resto, algo que se prefiere entre la multitud.
Pero la belleza es algo demasiado subjetivo como para ser tan ignorante que se crea poder decir lo que es bonito, lo que se debe ser, aquello que es mejor que el resto.
No hay nada mejor que el resto, al menos, nada que sea físico.
Tampoco voy a ser tan hipócrita como para decir que el físico no importa, porque si que importa, evidentemente, pero no lo es todo, si no tan solo, una parte efímera de las personas.
La gracia verdadera del ser humano, su atractivo, su belleza, no está en su cara, ni en su piel, si no en aquello que es, su manera de reír, su voz, su mente, su personalidad. La belleza se mide en ganas de vivir y besos que se han dado.
Los griegos seguían el canon de Platón, donde la perfección matemática se imponía.
En el siglo XVI se adoraban las curvas y la palidez.
En el siglo XXI se busca la extrema delgadez y lo sintético como preferencia estética.
El mundo se ha convertido en una sexocrácia, donde el físico, tanto de hombres como de mujeres, debe ser atractivo pensado en un plano sexual, un cuerpo para la fantasía en cualquier plano.
A pesar de eso, siempre queda políticamente correcto decir que lo que realmente le gustaría a todo el mundo son las curvas de Marilyn, las de Belluci, las de Cruz ( y tantas otras); que a pesar de no ser demasiado guapos, todo el mundo se enamoraría de un hombre gracioso, porque eso es lo que importa.
Si esto es así ¿ por qué motivo hay tanta gente que no entra en los cánones actuales, tan solos?
Tienen inteligencia, poseen sentido del humor, ganas de vivir, tienen una voz que hace que las piernas te tiemblen... pero el resto no ven eso, ellos miran y solo ven una nariz grande, una piel con manchas, unas arrugas al lado de los ojos, unos michelines repartidos por el cuerpo.
La sociedad mide la belleza por lo que tienes, por lo efímero, por lo irreal, aunque intenten en vano ocultarlo.
Es triste, pero desgraciadamente real.
Solo importa aquello que realmente no nos define nuestro yo verdadero.
Aquí os pongo dos ejemplos magníficos de que la belleza no está reñida con pertenecer o no a un canon estético impuesto ( solo hay que mirar a la cantante Adele, para ver lo guapa que es y lo poco que la sacan en revistas y demás, y si sale, nunca de cuerpo entero) :
http://extrawiggleroom.tumblr.com/
http://www.leblogdebigbeauty.com/
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