Dos de los edificios más impresionantes del centro de Madrid albergan sendos casinos. Sus interiores, elegantes y refinados, son parte del enorme patrimonio de la capital.
Quizás ya no tengan ni el lujo y sabor de épocas pasadas ni la misma afluencia de público que en otros tiempos, principalmente por el aumento del juego en los casinos por internet. Aún así la capital cuenta con varios casinos en su corazón y destacan por una virtud muy concreta, su excepcional belleza.
Resulta curioso que dos de los edificios más bellos de cuantos podemos encontrar en el centro de Madrid sean casinos. El primero del que os quiero hablar lleva desempeñando esta función menos de dos años, el segundo, desde que se construyese hace algo más de un siglo. Tanto uno como otro son dos de las grandes joyas de Madrid que merecen un par de miradas.
Muchas veces caminé junto a la sede del actual Casino Gran Vía, desconocedor del enorme tesoro que encierran sus paredes. La esquina que forma entre la Calle Hortaleza y la citada Gran Vía iluminada de noche es de las más hermosas de esta médula madrileña. Fue con motivo de la exposición permanente 'Memorias de la Gran Vía' (de la que os prometo hablar muy pronto) cuando pude visitar el interior de este suntuoso lugar. El edificio, inaugurado en abril de 1924, albergó originalmente la Unión Mercantil e Industrial de Madrid . Cuando se diseñó se concibió como un espacio multifuncional que en los sótanos tenía gimnasio y sala de esgrima y en las plantas superiores contaba con zonas de tertulia y lectura, despachos y oficinas y en los pisos superiores viviendas de lujo destinadas al alquiler.
Nadie acertaría a decir desde el exterior que cuenta con ocho plantas, hoy sus dependencias las ocupan mesas de póker, ruletas y demás juegos pero el marco sigue siendo cautivador. Elegancia y belleza a raudales, en torno a un soberbio patio central y con elementos de primer nivel como la escalera de mármol o las vidrieras de la firma Maumejean.
No muy lejos de aquí, en la Calle de Alcalá nos encontramos con otro casino con mucha más tradición. A éste tengo pendiente una visita a su interior pero ya sólo con admirar su fachada uno es capaz y su maravillosa escalera uno es capaz de imaginarse muy a las claras lo que será capaz de encontrar en su interior.
El Casino de Madrid nació como institución en 1836 pero después de ocupar cinco sedes diferentes repartidas por toda Madrid antes de ocupar el valioso solar donde ahora se alza. Su diseño guarda un curioso secreto y es el siguiente: Resulta que sus adinerados socios convocaron un concurso internacional para decidir que proyecto haría realidad la definitiva sede del casino, para lo cual recibieron 27 propuestas. De todas ellas se optó como vencedora la del francés Guillaume Tronchet.
No obstante, pronto muchos socios alzaron la voz en contra de esta decisión, precisamente por la mala imagen que el propio Tronchet había proyectado de España en la Exposición Internacional de París de 1900. Por ello, el concurso quedó oficialmente desierto y la solución del jurado fue comprar los seis proyectos que más habían gustado y fusionarlos en uno solo. Entre ellos estaba uno del ilustre Antonio Palacios, autor, entre otros, del Palacio de Cibeles o del Círculo de Bellas Artes.
Por lo cual podemos decir que el Casino de Madrid es una mezcla de seis proyectos diferentes, un trabajo cuyas riendas llevaron a cabo los franceses Le Farge, padre e hijo, quienes fueron desgranando las distintas propuestas, cogiendo lo más destacado de cada una. Un fabuloso trabajo que hoy, 105 años después de su finalización, sigue brillando en plena Calle de Alcalá.
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