Iniciamos un pequeño recorrido histórico desde los íberos hasta la Edad Media. Hicimos un alto en el camino para poder observar cuales eran
los territorios escogidos para construir los castillos con el fin de poder proteger un territorio, camino principal o ciudad.Un alto en el camino que hoy vamos a seguir si quieres y te gusta este tema. En muchas ocasiones visitamos estas fortalezas y vemos algún elemento arquitectónico que desconocemos su nombre o no sabemos cuál fue su cometido durante la Edad Media. Cuando ya los identificamos resulta mucho más ameno intentar recordar su nombre o imaginarse que pudo pasar en ese lugar en el que te encuentras.Visitaremos las estancias principales de un castillo y aprenderemos un poco de estrategia militar repasando cuales eran las armas más usadas por los soldados y los métodos que se solían utilizar a la hora de asaltar una fortaleza. Espero que sea un viaje ameno al pasado y que pueda servir para reconocer, in situ, lo que es un adarve, matacán, aspillera, muscolo…Antes de comenzar te cuento un detalle: si colocas el cursor encima de cada fotografía te daré una pequeña explicación de la imagen.¿Vienes?Fueron los íberos y los romanos quienes empezaron a construir unas torres de madera circulares en lugares estratégicos con el objetivo de vigilar un extenso perímetro de territorio. Alrededor del torreón levantaban un muro que podía ser de madera o de piedra. Esta muralla estaba bastante separada de la torre para ponérselo más difícil al invasor. Debía superar una extensa planicie antes de llegar al torreón defensivo. Este espacio interior al aire libre lo utilizaban como patio de armas, caballerizas, almacenes…Pero claro, la madera era un material muy débil. No solamente nos podemos imaginar una torre de madera ardiendo en el caso de un ataque sino que también podemos pensar en un torreón que sucumbía ante fuertes tormentas.Fue a partir del siglo XI cuando la madera comenzó a sustituirse por piedra. El señor propietario de la torre contrataba a canteros y carpinteros para que construyeran su torre. No solo avanzaron en la elección del material sino que, también, la forma circular fue sustituida por la rectangular. Y es aquí cuando podemos decir que tuvo su origen la llamada torre del homenaje. La única que sigue en pie en muchos casos de castillos que están derruidos. Una torre que podemos identificar fácilmente.Un torreón que siempre se encontraba en el lugar más alto y más alejado del castillo medieval. En el lugar más inaccesible. Defensiva durante la Edad Media, se convirtió en vivienda para el señor del castillo.Para proteger la torre del homenaje las murallas comenzaron a construirse de mampostería creando muros muy altos y anchos que, a veces, terminaban con forma de almena.Con estas primeras curiosidades ya nos podemos dar cuenta de que en los castillos de la Edad Media primaba el carácter defensivo, la vigilancia y la obsesión por controlar los territoriosCastillos agrestes, muy incómodos para vivir, situados en lugares casi inaccesibles, con pocas estancias y las que había, estaban reservadas para la residencia de su propietario, los dormitorios de las tropas y de la servidumbre, los almacenes y las caballerizas.Mientras los castillos de España se caracterizaban por su espíritu bélico, los del resto de Europa eran hermosas, confortables y elegantes residencias palaciegasVolvemos al castillo español.Lo primero que encontramos al acercarnos es su muralla. Unos muros que estaban construidos con piedra y que eran muy anchos para protegerlos del fuego y del ataque de los proyectiles. Sus paredes eran totalmente verticales y lisas para impedir la ascensión al enemigo…Bueno, a no ser que utilizaran escaleras u otras armas que veremos más hacia delante.Las murallas no tenían casi ventanas ni puertas. A veces estaban rematadas por almenas que permitían al defensor atacar y protegerse al mismo tiempo. Muchas de ellas estaban reforzadas con torreones circulares que repelían los proyectiles y reforzaban, a su vez, la solidez del muro.Al ser tan anchas permitían un paseo de ronda o adarve que facilitaba la vigilancia con toda libertad a las tropas. En estos paseos de ronda a veces se construían matacanes. Unas estructuras que sobresalían de la pared con su base inferior hueca. Desde aquí podían vigilar la parte inferior del castillo y protegerse al mismo tiempo. Y ¿qué ocurría si veían al enemigo en la parte inferior del castillo? Pues que se le arrojaba piedras, flechas o aceite hirviendo.Los únicos agujeros que tenían las murallas eran las llamadas saeteras. Unas aberturas largas y muy estrechas que tenían un ligero ensanchamiento en su parte baja. Desde aquí aprovechaban para disparar las flechas sin ser alcanzados. El ensanche estaba en la parte interior para facilitar el movimiento del defensor.Las aspilleras y troneras fueron una ligera variante de las saeteras. El ensanche era exterior y permitía disparar armas de fuego.Es posible que hayamos visto unas rejas levantadas en la puerta principal de un castillo. A esta verja se le llamaba rastrilloy podía ser de madera o hierro. Se elevaba mediante poleas que permitían, al mismo tiempo, dejarla caer de inmediato en caso necesario.¡Los agujeros de la muerte…! Pues sí. El nombre ya nos lo dice casi todo. Es muy posible que nos hayan pasado desapercibidos porque están muy escondidos, en alto y muy pocos castillos lo tienen. Se hallaban en la parte superior de la puerta principal y eran unas aberturas que permitían lanzar piedras, flechas o aceite hirviendo al enemigo que intentaba acceder al interior del recinto.En algunas fortalezas de la Edad Media existía un puente levadizo para salvar un barranco. ¿Y el foso? No todas estas construcciones medievales lo tenían pero, indudablemente, era un elemento defensivo de primordial importancia. Era un barranco de diferentes profundidades que recorría todo el perímetro de la muralla para dificultar su acceso. Según su emplazamiento podía estar lleno de agua.Y repasados los elementos más comunes de una muralla, pasamos al interior del castillo de la Edad Media.Lo primero que encontramos es el patio de armas. Una explanada más o menos extensa que servía para distribuir a su alrededor diferentes dependencias: almacenes, despensas, bodegas, horno de pan, aljibes, viviendas de los campesinos…El agua era de vital importancia para la subsistencia en un castillo. No solamente para la vida de los hombres y animales sino para el riego de los cultivos y para sofocar los incendios. Según estuviera situado un castillo podía tener pozos, cisternas o aljibes.Los aljibes siempre se construían en lugares muy protegidos y alejados. Por una parte para evitar que el agua fuera envenenada. Por la otra, porque si el invasor accedía al interior, uno de los objetivos principales era destrozar esta construcción. El agua que contenía el aljibe procedía de la lluvia. Para almacenarla, construían un foso de mampostería cuya profundidad dependía de la climatología de la zona. Siempre debía asegurar el abastecimiento de agua por un periodo mínimo de dos meses (en caso de asedio, por ejemplo). Estaba recubierto con una pintura impermeable que evitaba que la piedra se deshiciera y contaminara el agua. El aljibe estaba cerrado con una especie de bóveda con unos canales por donde circulaban las gotas de la lluvia antes de caer a su interior.El agua almacenada se utilizaba para la vida en el castillo. Cocinaban, bebían, regaban, aplacaban la sed de los animales y… ¡Se lavaban! Aunque sabemos que lo hacían de vez en cuando, cuando lo hacían, calentaban un poco en unos calderos y después se aseaban.Claro, muy diferente era el aseo del señor del castillo que contaba con su propia bañera.Al igual que el agua, los alimentos y las provisiones no podían faltar en un castillo. Y menos durante período de guerra. Los alimentos esenciales se guardaban en los almacenes y despensas: aceite, sal, vino, miel, frutos secos…También era necesario mantener otro almacén lleno de leña seca, lana, hierro, hierbas medicinales y ungüentosDurante los tiempos de paz en la Edad Media los castillos eran pequeñas explotaciones agropecuarias y un centro de elaboración de productos refinados como el vino, conservas, queso, salazones, diversos tipos de pan….Y con el permiso del señor del castillo…Entramos para conocer las estancias que existían…Bueno, creo que las recorreremos enseguida porque eran muy pocas. El propietario del castillo vivía en la torre del homenaje. Solamente en salas muy concretas existían amplias chimeneas para caldear la estancia: dormitorio, salón y cocina.Las aberturas que existían en las paredes estaban tapadas con lienzo de pergamino. En el siglo XIII se comenzaron a cubrir con cristal. Utilizaban velas para alumbrarse.Los muebles eran muy escasos y normalmente se hallaban en una sala donde se guardaban las mesas desmontables. Los baúles y armarios servían para colocar la vajilla y la ropa. Durante el invierno solían colgar pieles y tapices en las paredespara dar a la estancia mayor calidez y protegerse del frío.Los retretes eran agujeros que se practicaban en las esquinas de los muros. En la pared se construía un asiento. Tenía una tapa de maderada agujereada. Aunque el señor tenía su propia silla para tal fin.Como era muy importante mantener relaciones poderosas e influyentes el señor celebraba numerosos banquetes. La comida se convertía en una gran ceremonia que podía durar horas. Todo tenía que estar muy bien organizado y las comidas que se ofrecían solían ser muy laboriosas de hacer.Los banquetes se celebraban en el salón principaldonde existían varias chimeneas. Alguna de ella era aprovechada para asar las carnes. Las mesas se disponían en forma de ‘U’ para que el centro quedara libre. Así, juglares, poetas y saltimbanquis amenizaban toda la velada.Se colocaban manteles, escudillas y una copa para cada comensal. Antes de comenzar a comer un sirviente lavaba las manos de cada invitado.Primero comían carne seguida de algún caldo. No podía faltar en la mesa el pan y el vino. Los postres siempre estaban endulzados con miel.Así transcurrían los tiempos de paz en un castillo. Pero… ¿Qué ocurría cuando se declaraba una época de conflicto? Durante esos meses que se podían prologar hasta años el señor contrataba a soldados profesionales. Los más valiosos a la hora de defender eran los ballesteros y los caballeros.Con el pensamiento puesto en que podían sufrir algún largo asedio comenzaban a realizar acopio de alimentos, provisiones, agua y todo lo que les pudiera hacer falta. Vamos a hacer un repaso a las armas más utilizadas durante la Edad Media.Podemos tener en mente que el principal arma durante esta época fue la espada. En su principio era de hoja redondeada porque su objetivo era cortar, no pinchar. Fue a partir del siglo XIV cuando la espada está realizada con un filo tan fino y duro que era capaz de atravesar una armadura o cota de malla.Precisamente para defenderse de estos ataques, los soldados se colocaban la cota de malla. Una vestidura que cubría el cuerpo y que podía estar confeccionada con láminas de metal o con anillas entrelazadas. Pesaba varios kilos.La lanza era un arma que no todos sabían manejar ya que podía medir hasta cinco metros de longitud. Los jinetes la utilizaban para atacar. Los infantes para defenderse. Aunque éstos debían ser muy diestros para intentar herir al enemigo al mismo tiempo que éste le estaba atacando.Para defenderse todos llevaban un escudode forma redonda hecho con madera y forrado de piel para repeler mejor los ataques. En el cinturón escondían una daga. Un puñal corto que utilizaban cuando se quedaban sin armas.El arco fue el arma más antigua y utilizada. Un truco que usaban los profesionales era lanzar las flechas al aire para que cayeran en vertical sobre el invasor y le pillara desprevenido.La ballesta fue uno de los grandes inventos bélicos de la Edad Media. La fuerza con la que disparaban las flechas era mucho mayor que con el arco. Además, contaba con la ventaja que siempre se quedaba cargada y lista para ser de nuevo utilizada. Incluso podían ajustar el tiro hacia una dirección concreta pudiendo alcanzar hasta 50 metros de distancia.La lombarda fue el arma de fuego que introdujo la marina árabe. Su descubrimiento revolucionó la estrategia militar.En período de batallas, los enemigos intentan invadir el castillo y los defensores contrarrestar el ataque. Una de las estrategias militares más utilizadas durante la Edad Media fue el asedio al castillo. Pero esta táctica debía estudiarse y planificarse muy detenidamente antes de lanzarse a realizarlo.Algunos hombres se dedicaban a estudiar el terreno: vías de acceso, cultivos, torres vigías, ríos. Otros se acercaban lo máximo posible a la muralla de la fortaleza para intentar averiguar si tenía algún punto más débil en su construcción. Una vez investigado todos estos factores, los jefes de las tropas eran quienes planificaban el ataque. No solo establecían cómo debía hacerse sino también el número de hombres, el armamento más conveniente, las provisiones…Era necesario acumular hierro, piedras troncos y resina para encender fuego.El asedio a un castillo era una operación que solía durar meses con el objetivo de debilitar el ánimo de sus habitantes y acabar con las provisiones almacenadas. Anteriormente hemos recordado que algunos castillos tenían un gran foso defensivo. Este elemento que dificultaba el asalto obligó a crear un armamento capaz de salvar este obstáculo. Para eso inventaron el muscolo. Una estructura de madera parecida a una casa que se montaba sobre unos rodillos que la hacían móvil. Cubiertos por esta construcción sólida, los hombres que se escondían en su interior iban rellenando el foso con piedras, maderas, troncos y tierra. Así creaban un piso firme por el que poder acceder hasta la pared de la muralla. Mientras, la retaguardia podía estar defendiendo a sus compañeros con la catapulta. Una especie de tirachinas gigante que lanzaba piedras. Eran necesarios varios hombres para mover el torno. Gracias a los muelles y cuerdas el proyectil era disparado con gran fuerza.Una vez llegaban a la muralla utilizaban otra clase de armamento. Los ballesteros se solían refugiar detrás del mantelete. Un escudo muy grande que les protegía todo el cuerpo. Les permitía atacar sin ser alcanzados.Puede ser que la atalayao torre de asalto sea una de las más conocidas. Un gran torreón con estructura de madera y cubierto de piel. Era tan alto como la muralla, por lo que tenía varios pisos que se comunicaban mediante escaleras. Se desplazaba gracias a cuatro ruedas y el impulso de numerosos hombres que lo empujaban desde su parte posterior. Dentro se podían esconder hasta 300 soldados. En la parte inferior llevaba un ariete para intentar abrir una brecha en la muralla. En su parte posterior había un puente levadizo que se abatía en el momento que llegaba al muro para que salieran en formación todos los hombres. A partir de este momento, y con el enemigo ya dentro, solo quedaba la lucha cuerpo a cuerpo. Y aunque los defensores se solían cobijar como último recurso en la torre del homenaje, la victoria del invasor era prácticamente segura.Los castillos medievales y las fortificaciones defensivas fueron abandonándose según fue desapareciendo el afán por el poder de los territorios. La vida de un castillo en la Edad Media dependió mucho del poder social y económico de su dueño. Muy costosos y difíciles de mantener fue durante esta época cuando comenzó su deterioro y abandono. Muchos hoy los encontramos en ruinas...Si te interesa el tema de la Edad Media aquí te dejo otros dos post referentes a sus curiosidades
La Edad Media, Historia de una época
Los castillos y fortalezas de España