Revista Diario
"Mamá, Alejandra me ha dicho que soy una nenaza, un quejica y un llorón". Así ha salido mi hijo del colegio, contándome lo que su querida compañera le ha dicho y con un buen golpe cerca del ojo. Revuelo en clase, llega la hora de irse a casa, niños con prisa y ¡zas! golpazo con el pico de un libro cerca del ojo; resultado niño llorando. No es la primera vez que Rayo me cuenta que en el colegio le llaman llorón. De siempre ha sido un niño sensible que necesita mostrar lo que siente y, por supuesto, llorar cuando algo no va bien o cuando se hace daño. ¿Qué hay de malo en que un niño llore? Desde mi punto de vista no es nada malo pero vivimos en una sociedad que inculca que no se debe llorar, que enseña a ser fuertes y (lo peor) a ocultar los sentimientos. Y para poner la guinda al pastel, enseña que los chicos no lloran, de ahí que su querida compañera de clase le llame nenaza. Por supuesto tampoco se enseña empatía, consuelo, ponerse en el lugar del otro, apoyar a los amigos o compañeros.....
¿Qué estamos haciendo mal? Esto no le sucede sólo a mi hijo, de hecho cada día puedes ver situaciones del tipo: no llores, sino ha sido nada, anda anda no seas quejica..... ¿O no? No se enseña a los chiquillos a llorar, a desahogarse, a liberar tensiones o a expresar lo que sienten, sea como sea. Se les enseña a aguantar, a contenerse, a enmascarar emociones y a sonreír aunque por dentro estén ardiendo de rabia. Tampoco se enseña a consolar al prójimo si así lo necesita, a acompañar a tu amigo si ves que está triste, a hablar de sentimientos. Así nos luce el pelo de adultos claro.
Rayo llora, sí, a veces llora mucho, es su manera de liberar tensión, de sentirse mejor. Es un niño pasional, que necesita sacar lo que siente porque sino acabaría quemándole por dentro. Igual que da una voz echa una lágrima. Luego se le pasa, una vez que lo ha soltado todo es otro, se relaja y a otra cosa mariposa. Yo no veo nada malo en ello, al contrario, creo que es buenísimo que el niño aprenda a sacar el malestar, ya sea a través del llanto o de la palabra. Ya sea con unas lágrimas o hablando de lo que le hace sentir mal, o todo junto.
¿Por qué está tan mal visto llorar? El ser humano es la única especie capaz de llorar fruto de las emociones, ¡todo un prodigio! Pero, como somos así, nosotros lo censuramos e intentamos ocultarlo o evitarlo.
¿Cómo te sientes después de una buena panzada a llorar? Mejor, ¿a qué sí? Cuando algo nos aflige, nos preocupa o nos causa ansiedad, un buen llanto permite que soltemos lastre y hace que nos sintamos mucho mejor. Pero aún así enseñamos a nuestros hijos a no llorar, mejor aguantar y callar. ¡Qué joyas que somos!
Rayo llora, y le parece sorprendente que le digan estas cosas en clase si le ven con la lágrima por algún motivo. Afortunadamente se sorprende pero no se avergüenza. Porque yo le animo a que él se siga expresando libremente. Así que sí, mi hijo es un llorón, ¡y a mucha honra!
No he podido evitar, al escribir el post, acordarme de esta canción de Miguel Bosé, así que venga, vamos a mover el esqueleto, otra manera de expresarse.....