Los chimpancés poseen un sistema flexible, semejante al de los humanos, sensible a los estados mentales de sus congéneres, incluso a extraños de otra especie, sugiere un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B.
Las raíces de esta empatía se remontan al menos hasta el ancestro común de humanos y chimpancés.
El psicólogo Matthew Campbell y el biólogo Frans de Waal, ambos de la Universidad de Emory en Atlanta, interpretan la tendencia de los chimpancés al bostezar al ver videos de otras personas bostezando como una señal de empatía espontánea. Su investigación sigue las observaciones de otros científicos de que los chimpancés jóvenes imitan los bostezos de otros.
Diecinueve chimpancés que viven en un centro de investigación al aire libre bostezaban cuando veían la misma acción en otros chimpancés que vivían con ellos, y en los investigadores y el personal que habían visto antes y gente que era nueva para ellos.
Chimpancés y babuinos desconocidos no lograron provocar el contagio del bostezo. Como en la vida salvaje, los chimpancés no familiares fueron probablemente vistos como amenazas. Los chimpancés en el estudio no habían visto antes babuinos.
Después de haber conectado socialmente con los trabajadores de las instalaciones, los chimpancés reaccionaron empáticamente con extraños humanos que se les acercaban, según sugieren los investigadores.
Imitar las expresiones faciales de los demás representa una manera rápida de forjar lazos de empatía, dice Campbell. Su investigación no evaluó si los chimpancés pasan mucho tiempo tratando de leer los pensamientos y sentimientos de los demás, un tipo más complejo de empatía.