El Gobierno Bolivariano ha denunciado durante la última
semana que Venezuela es víctima de una estrategia conocida como “golpe de
Estado suave”, a través de acciones desestabilizadoras orquestadas desde el
extranjero y enfocadas en aspectos como el boicot económico, la manipulación
informativa, la movilización y la infiltración de gente violenta en
manifestaciones, entre otras acciones.
El llamado “golpe blando” o “golpe suave” es una estrategia
de “acción no violenta” ideada por el politólogo y escritor estadounidense Gene
Sharp, a finales del siglo pasado, y ampliamente utiliza en el mundo durante la
última década.
En una ocasión, Sharp señaló que "la naturaleza de la
guerra en el siglo XXI ha cambiado (...) Nosotros combatimos con armas
psicológicas, sociales, económicas y políticas".
En ese sentido, Sharp expone que “en los Gobiernos, si el
sujeto no obedece los líderes no tienen poder. Estas son las armas que en la
actualidad se usan para derrocar Gobiernos sin tener que recurrir a las armas
convencionales”.
Para el norteamericano, actualmente la guerra “cuerpo a
cuerpo” no es eficaz y, además, implica enormes costos económicos y de
movilización. Ejemplo de ello son las costosas operaciones militares de Estados
Unidos en países como Iraq y Afganistán que se han extendido por más de una
década.
Por ello, Sharp apuesta por una serie de medidas que van
desde el debilitamiento gubernamental hasta la fractura institucional, “como
sería el caso de lo que está ocurriendo en Venezuela”, de acuerdo con el
presidente ecuatoriano Rafael Correa, entre otros expertos.
El autor del polémico ensayo titulado “De la dictadura a la
democracia”, que describe 198 métodos para derrocar Gobiernos mediante “golpes
suaves”, considera que la estrategia se puede ejecutar en cinco pasos
recopilados por la agencia RussiaToday (RT):
La primera etapa es promover acciones no violentas para
generar y promocionar un clima de malestar en la sociedad, destacando entre
ellas denuncias de corrupción, promoción de intrigas o divulgación de falsos
rumores.
La segunda etapa consiste en desarrollar intensas campañas
en “defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos”, acompañadas de
acusaciones de totalitarismo contra el Gobierno en el poder.
La tercera etapa se centra en la lucha activa por
reivindicaciones políticas y sociales y en la manipulación del colectivo para
que emprenda manifestaciones y protestas violentas, amenazando las
instituciones.
La cuarta etapa pasa por ejecutar operaciones de guerra
psicológica y desestabilización del Gobierno, creando un clima de
"ingobernabilidad".
La quinta y última etapa tiene por objeto forzar la renuncia
del Presidente de turno, mediante revueltas callejeras para controlar las
instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle. Paralelamente, se
prepara el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una
guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país.
En noviembre de 2013, el presidente Nicolás Maduro alertó
que sectores de la oposición, con financiamiento de Estados Unidos y apoyo de
la elite empresarial y la Agencia Central de Inteligencia norteamericanas,
planeaban un golpe blando en su país, estrategia que desde el pasado 12 de
febrero se implementa activamente en Venezuela.